¡Seguimos con nuestra Guía Completa de Berlín barrio a barrio! En las entradas anteriores ya hemos conocido otros barrios de la ciudad, como Kreuzberg, Tiergarten o el Mitte. Hoy nos alejaremos un poco más del centro para conocer Charlottenburg, un barrio situado al oeste de la ciudad.

En realidad, Charlottenburg era una ciudad independiente fundada en el año 1705, que tomaba su nombre de la reina consorte de Prusia Sofía Carlota de Hannover. No fue hasta el 1 de octubre de 1920, tras la aprobación de de la Ley del Gran Berlín proclamada por el gobierno prusiano meses antes, que la ciudad de Charlottenburg pasó a formar parte de la capital.

Palacio de Charlottenburg

Sin duda, si por algo es conocido este barrio es por el Palacio del que toma nombre. Charlottenburg era la antigua residencia de la dinastía de los Hohenzollern (de los que ya hemos hablado en otras ocasiones, como cuando visitamos el Castillo de Hohenzollern en Hechingen o el puente más famoso de Colonia).

Quizás una de las partes más destacables del palacio sean sus grandes jardines de estilo francés barroco. Situados en la parte trasera del edificio, son un lugar de paseo muy frecuentado tanto por locales como por turistas. ¡Seguro que el gran lago tiene algo que ver! Además de un lugar de desconexión, los jardines también acogen distintos edificios pertenecientes al palacio, como el Mausoleo de la Reina Luisa, el Belvedere con su colección de la Manufactura de la Porcelana Real y el Nuevo Pabellón. Tómate tu tiempo para recorrerlos, disfrutando de la belleza y la paz del entorno.

A pesar de que el edificio fuera parcialmente dañado por las bombas durante la Segunda Guerra Mundial, su visita es totalmente recomendable. En algunas de las salas, todavía podemos disfrutar de los muebles originales, así como de la decoración de techos y paredes. Las estancias de la planta superior, por desgracia, no pudieron salvarse. Aún así, creemos que se trata de una visita imprescindible cuando visites Berlín. ¡No olvides que tienes un descuento con tu Berlín Welcomecard!

Como siempre, te recomendamos reservar una visita guiada para no perderte ninguno de los secretos del palacio. ¿Te gustaría que te adelantáramos alguno de ellos? Uno de los que más nos sorprendió de todos los que nos contó nuestra guía fue la puerta-trampa… Si te sitúas en el salón de baile (la Goldene Galerie), verás una puerta siempre cerrada en uno de los laterales. ¡Cuidado con abrirla! Al parecer, era una trampa para que todos aquellos invitados que intentaran escabullirse sin ser vistos cayeran al hueco de la escalera.

Otra curiosidad es que la reina Sofía Carlota, quien mandó construir este palacio (aunque bajo el nombre de Palacio de Lützenburg), vivía aquí de forma completamente independiente. De hecho, el propio Federico I de Prusia (su marido) únicamente podía acudir a palacio con invitación. A pesar de que pueda parecer que esto se debía a una mala relación entre ellos, el monarca ordenó rebautizar este lugar tras la muerte de su querida esposa, dedicándoselo a ella como prueba de amor.

Detalle interior de Charlottenburg (Berlín, Alemania)
Detalle interior de Charlottenburg (Berlín, Alemania)

Después de visitar el palacio de Charlottenburg regresamos al centro de la ciudad (aunque seguimos dentro de este mismo barrio) para seguir con nuestro recorrido por Berlín. Nuestra próxima parada es la Avenida Kurfüstendamm, una de las más conocidas de la ciudad. ¡Menudo nombrecito tiene! Con un nombre tan largo, no es de extrañar que los berlineses acostumbren a acortar el nombre a Ku’damm. ¡Mucho más fácil de recordar!

Zoologischer Garten (Zoo de Berlín)

Nos encontramos al oeste de Berlín, en una avenida que comienza muy cerca del límite sur del Tiergarten. Justo en esta parte del parque más famoso de Berlín encontramos el Zoologischer Garten, el Zoo de Berlín. Como ya sabes, no somos muy fans de visitar los zoológicos por respeto a los animales y su bienestar, pero aún así no pudimos evitar acercarnos a la entrada. Estamos ante el zoo más antiguo de Alemania, con pabellones arquitectónicamente muy interesantes. También es uno de los más completos del mundo, con más de 1.500 especies animales.

Pero si por algo es famoso el Zoo (y es justo lo que nosotros queríamos visitar) es su puerta de acceso de estilo asiático, con la imagen de dos elefantes a tamaño real sujetando sendas columnas. ¡Nunca habíamos visto una entrada tan bonita para un zoo!

Kaisers Wilhelm Gedächtnis Kirche

Desde aquí seguro que ves, tan solo a unos pasos de ti, una curiosa torre en ruinas. ¡Es imposible no fijarse en ella! Se trata de la Kaisers Wilhelm Gedächtnis Kirche (la Iglesia del Recuerdo del Emperador Guillermo), un templo gravemente dañado durante la Segunda Guerra Mundial. Tras el conflicto bélico únicamente se pudo salvar una parte de la iglesia, pero se decidió mantenerla en ruinas como memorial de los ataques que había sufrido Berlín en la contienda. Por supuesto, la estructura se afianzó para que no se derrumbara, y hoy en día se encuentra abierta al público.

No te dejes llevar por la imagen ruinosa que se aprecia desde el exterior y atrévete a adentrarte en ella. En su interior podrás disfrutar de unos maravillosos mosaicos de color dorado que muestran escenas de la (muchas veces olvidada) historia imperial alemana.

Mosaicos en la Kaisers Wilhelm Gedächtnis-Kirche (Berlín, Alemania)
Mosaicos en la Kaisers Wilhelm Gedächtnis-Kirche (Berlín, Alemania)

Tras el cierre de esta iglesia, el culto se trasladó a un edificio de cristal situado justo al lado de la iglesia conmemorativa. Resulta interesante adentrarse en él y sorprenderse (especialmente en días soleados) con sus grandes ventanales azules y el gran Cristo dorado que preside el altar. Sin duda, una estética muy moderna que contrasta con la opulencia del memorial.

Kaufhaus des Westens (KaDeWe)

Pero si por algo se caracteriza Ku’damm es por sus tiendas. Estamos en una de las principales avenidas comerciales de Berlín, donde se concentran varias de las marcas más importantes a nivel internacional. Para nosotros no tiene ningún interés viajar hasta Berlín para comprar en la tienda Apple, Gucci o Louis Vuitton (por poner algunos ejemplos), pero si te gustan las compras, estamos seguros de que esta avenida te encantará.

Nosotros personalmente preferimos girar por Tauentzienstraße y descubrir el famoso Kaufhaus des Westens. En la actualidad se considera el centro comercial más grande de la Europa Continental, pero para nosotros su importancia se remonta atrás en el tiempo…

Un poquito de historia…

Para conocer sus inicios debemos remontarnos hasta marzo de 1907. Mientras Finlandia celebra su primeras elecciones con mujeres como candidatas y las primeras con sufragio universal en Europa (¡todos unos adelantados a su tiempo!), la ciudad independiente de Charlottenburg (no sería parte de Berlín hasta 1920) inaugura su primer gran centro comercial dirigido a las clases pudientes: el Kaufhaus des Westens (Centro Comercial del Oeste).

Ciertas regulaciones locales impidieron el uso excesivo de cristal en su fachada, por lo que el edificio adoptó un estilo neoclásico que algunos describirían como un «renacimiento italiano modernizado». Si imponente fachada de piedra caliza no dejaba indiferente a nadie. Su interior se encontraba elegantemente decorado con portales de mármol, paneles de madera y un gran reloj de bronce (entre otros muchos elementos). Además, contaba con dos patios con un pequeño jardín y una fuente para que los clientes pudieran descansar en un ambiente apacible y tranquilo.

No es de extrañar que este ambiente repleto de elegancia, junto con la gran variedad de productos disponibles, convirtiera rápidamente al KaDeWe (nombre con el que los berlineses se suelen referir a él) en todo un referente. Poco a poco, este tranquilo barrio residencial se convirtió en un bulevar comercial y una de las zonas más cosmopolitas de la ciudad.

Tal era su fama que, poco más de 20 años después de su inauguración, ya se empezó a realizar una ampliación, añadiendo dos plantas más. Estas obras se aprovecharon para convertir la terraza en un jardín con tumbonas donde los clientes se podían relajar al más puro estilo de los barcos de pasajeros que atravesaban el océano.

Pero, por desgracia, este periodo de bonanza no duró mucho. Estamos en el año 1929 y una gran crisis económica azota al mundo entero. Por si fuera poco, la llegada de Hitler al poder todavía empeoró más la situación de estos grandes almacenes. Sus dueños eran judíos, por lo que el complot en su contra fue imposible de evitar. ¿Crees que no les podía pasar nada más? ¡Te equivocas! El 23 de noviembre de 1943 un avión de combate estadounidense se estrelló contra el ático del KaDeWe causando un gran incendio en el que solo se pudieron salvar algunos muebles.

Tras la guerra, se reconstruyeron de forma simplificada, cubriendo las necesidades básicas de la población durante la época de posguerra. A partir de los años 70 la fortuna volvió a sonreír a estos almacenes comerciales, que recuperaron poco a poco su esplendor. Los artículos de lujo volvieron a sus estanterías a la vez que se volvía a ampliar el edificio, convirtiéndose en un emblema del Berlín Occidental. De hecho, mucha gente cree que el nombre se debe, en realidad, en una burla hacia el Berlín Oriental, una forma de recalcar que ellos sí tenían centros comerciales.

KaDeWe en la actualidad

En la actualidad, KaDeWe sigue siendo un lugar de culto para todo aquel que quiere disfrutar de unas compras en un ambiente de lujo. Nosotros no pudimos resistirnos a la tentación de adentrarnos en el edificio para conocer de cerca el que probablemente sea uno de los centros comerciales con más historia de toda Europa.

Detalle de la decoración del KaDeWe (Berlín, Alemania)
Detalle de la decoración del KaDeWe (Berlín, Alemania)

Story of Berlin

Volviendo a la parte cultural, también me gustaría destacar el Story of Berlín, un museo multimedia que cuenta con 24 salas y permite revivir cómo era la vida en Berlín en diferentes momentos de la historia. El punto fuerte de la visita es el búnker atómico localizado debajo del edificio, que transporta al visitante a otra época. El precio es de 12€ por adulto, pero teniendo en cuenta que la visita se estima de unas dos horas de duración (para poder recorrer los 6.000 metros cuadrados de exposición) es una visita muy interesante para todos aquellos interesados en la historia de la ciudad.

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