Salzburgo se sitúa en medio de los Alpes, a 150 km de Munich y 300 km de Viena, rodeada de montañas que le añaden todavía más belleza a sus estrechas calles llenas de historia. No en vano, nos encontramos ante una ciudad Patrimonio de la Humanidad, por lo que no es de extrañar que un simple paseo nos transporte en el tiempo y nos haga sentir que en cualquier rincón podemos cruzarnos con su habitante más conocido, Mozart.
En mi opinión, la mejor forma de comenzar la visita a la ciudad si se dispone de tiempo es dejarse llevar, perderse por su centro histórico disfrutando de los edificios de colores, sus fortalezas, iglesias..
Una de las mejores vistas de la ciudad se obtienen desde el río, muy cerca de la estación de trenes, desde donde se puede ver una bella panorámica de la ciudad que asombra a todos los viajeros que se acercan hasta allí.
Una fortaleza se alza imponente, defendiendo la ciudad de posibles peligros, distintas iglesias dejan ver sus cúpulas y torres barrocas tímidamente mientras casitas de colores se asoman al río para saludar a los comerciantes de sal que trabajaban en este río y a los viajeros que llegaban a la ciudad a través de sus aguas, invitando a todo el mundo a acercarse y descubrir sus calles y rincones.
Para subir a la Fortaleza Hohensalzburg simplemente hay que coger un teleférico (en la calle Festungsgasse) que nos llevará directamente hasta esta fortificación del siglo XI, residencia y refugio de Arzobispos durante diversas guerras que milagrosamente nunca fue conquistada por el enemigo en su totalidad. Durante su larga historia se han realizado varias ampliaciones (la última en el siglo XVI) y ha tenido varios usos, como cárcel, cuartel o, en los últimos años, sede de la Academia Internacional de Verano.
Fortaleza Hohensalzburg (Salzburgo, Austria) |
Se trata de la mayor fortaleza de este estilo conservada en Europa, por lo que su visita es totalmente imprescindible. Una vez dentro de sus muros podéis visitar diversas salas que seguro os dejarán con la boca abierta: la Sala Dorada, la Habitación Dorada, la Sala de Torturas, la Torre de Vigilancia, las Salas del Príncipe… sin olvidar asomarse a sus torres para disfrutar de las impresionantes panorámicas de la ciudad y sus alrededores que nos ofrece.
También es muy interesante acercarse al Museo de la Fortaleza, donde podréis conocer en profundidad la historia de este monumento (y con ella, la de toda la ciudad), o aprovechar para disfrutar de cualquiera de los eventos y conciertos que tiene lugar en este complejo.
A los pies de la fortaleza encontramos la Abadía de Nonnberg, el convento de mujeres más antiguo del norte de los Alpes, fundada en el año 714.Durante el siglo XV, la iglesia románica fue destruida en un incendio, por lo que se reconstruyó unos años más tarde siguiendo el plano románico original.
En la actualidad la Abadía no está abierta al público, por lo que únicamente se puede visitar la Iglesia de la Ascensión de Maria (Maria Himmelfahrt) de estilo gótico tardío, donde destaca de forma especial la Capilla de San Juan, con un precioso altar de madera tallada del siglo XV, la cripta románica y los bellos frescos románicos que adornan su torre de influencia bizantina y el coro.
Tampoco os podéis perder la terraza panorámica situada al sur de la iglesia, desde donde se puede disfrutar de unas maravillosas vistas al barrio de Nonntal y a las montañas que rodean la ciudad.
Rodeando la fortaleza por Festungsgasse en dirección al Cementerio de San Pedro encontraremos una réplica del famoso Nonnberger Hund (el Perro de Nonnberg), un antiguo león de piedra románico utilizado antiguamente como hito para marcar los kilómetros.
Cementerio de San Pedro (Salzburgo, Austria) |
Al final de la calle se encuentra el Cementerio de San Pedro, el más antiguo de la ciudad, con origen en la antigua ciudad romana “Iuvavum”, donde había una pequeña comunidad cristiana.Para iniciar la visita un buen lugar pueden ser las Catacumbas, la parte más antigua del cementerio, formadas por varias cámaras y una escalera excavados en la roca, entre las que destacan la Capilla de Gertraude y la Cripta Comunal. Paseando por el cementerio encontraréis múltiples tumbas de personajes célebres (como, por ejemplo, familiares de Mozart), algunas de las cuales son verdaderas obras de arte.
La Abadía de San Pedro es también un lugar que merece una visita detenida, en silencio, disfrutando del ambiente que se respira en ella. Se trata de una basílica románica que aprovechó el barroco para ponerse sus mejores galas y lucir una decoración perfectamente conservada. En ella, podemos encontrar la “tumba de la roca” que acoge el cuerpo de San Ruperto, fundador y patrón de la ciudad, así como un relicario con sus huesos en el altar mayor.
Abadía de San Pedro (Salzburgo, Austria) |
El momento más emocionante es cuando tienen lugar los conciertos de cámara en un anexo de la iglesia, cuando el recogimiento del templo deja fluir las notas sin ningún ruido que ensombrezca la maestría de los músicos. Quizás el concierto más espectacular tiene lugar la noche anterior al aniversario de la muerte de Mozart, el día 4 de diciembre, cuando se toca su Réquiem.
En nuestro próximo artículo hablaremos del barrio de la catedral y sus alrededores, situado a tan solo unas calles de este punto. ¡No os lo perdáis! Mientras, podéis disfrutar de estos Tours Virtuales que la Oficina de Turismo de Salzburgo pone al alcance de cualquier persona que quiera disfrutar de sus tesoros sin tener que ir hasta allí. ¡Disfrutadlo! 😉