Retomando la visita a Salzburgo donde la dejamos, en la Abadía de San Pedro, cualquier paseo hacia el centro de la ciudad os conducirá a Kapitelplatz, uno de los centros neurálgicos de Salzburgo que concentra gran parte de sus monumentos. Lo primero que os llamará la atención es una fuente blanca del siglo XVIII que muestra a Neptuno sobre un caballo-pez, todo ello coronado con el escudo de armas del Arzobispo Firmian, quien dió la orden de construirla.
Salzburgo se sitúa en medio de los Alpes, a 150 km de Munich y 300 km de Viena, rodeada de montañas que le añaden todavía más belleza a sus estrechas calles llenas de historia. No en vano, nos encontramos ante una ciudad Patrimonio de la Humanidad, por lo que no es de extrañar que un simple paseo nos transporte en el tiempo y nos haga sentir que en cualquier rincón podemos cruzarnos con su habitante más conocido, Mozart.