En cuanto oímos hablar de Barcelona es inevitable asociar esta ciudad al arte modernista y a Gaudí, uno de los máximos representantes de este estilo en Cataluña. Justo por este motivo hemos decidido centrar nuestra visita a la ciudad condal dejando de lado esos lugares que todo el mundo conoce. Al fin y al cabo, Barcelona también cuenta con un importante pasado histórico que muchas veces permanece oculto para el visitante. ¿Quieres conocerlo?
El Barrio Gótico y sus Restos Romanos
Centraremos nuestra visita en la zona más antigua de Barcelona: el Barrio Gótico. Seguro que muchas veces habéis escuchado que realmente no es un barrio medieval, que es más moderno. ¿Pero cuánto de original tiene este distrito? La mejor forma de conocer todos los secretos de este barrio y su evolución histórica es hacer un tour por la Barcelona Medieval. Pero si has llegado hasta aquí es porque quieres empezar a conocer mejor el Barrio Gótico de Barcelona. Vayamos poco a poco… Aquí mezclaremos edificios de varias épocas, ya que preferimos compartir la ruta «natural» que hacemos al pasear por la ciudad y no separarlo por épocas históricas.
Como ya sabréis, los romanos centraban la construcción de sus ciudades en dos vías principales: el Cardo y el Decumanus. Nos dirigimos a la actual Plaça de Sant Jaume, donde se cruzan la Calles del Obispo y de la Llibretería. ¿Ya las tienes localizadas? Perfecto, este era el punto donde se unían las dos vías principales de Barcino, la ciudad romana. Si te interesa descubrir todos los restos romanos de la ciudad, te recomendamos el free tour por la Barcelona Romana. ¡Seguro que te encanta!
Palau de la Generalitat
Tómate un tiempo para disfrutar de los edificios que encontramos en esta plaza. ¿No os da la sensación de estar en un lugar totalmente diferente a Barcelona? Solo vemos edificios de piedra de poca altura. Es en este lugar donde, durante las fiestas de la Mercè, se realiza una competición de castellers.
Entre ellos encontramos el Ayuntamiento de Barcelona y, frente a él, el Palau de la Generalitat de Catalunya, uno de los pocos edificios de origen medieval que todavía mantiene su status de sede del gobierno y de la institución que lo construyó. Desde su adquisición en el siglo XV, este edificio ha sufrido numerosos cambios que le han llevado a la estética actual. Por lo general no está abierto a los turistas, pero si tenéis suerte de ir en uno de los días señalados (Sant Jordi, el 23 de abril; la Mercè, el 24 de septiembre; el día de Cataluña el 11 de septiembre o el cuarto domingo de cada mes) sí que podréis visitarlo. Nosotros no tuvimos tanta suerte, pero podéis encontrar muchas fotos en Internet que muestran la belleza del edificio.
Templo de Augusto
Nos colamos por un pequeño callejón con un nombre muy sujerente: Carrer del Paradís (Calle del Paraíso) para descubrir el que, en mi opinión, es uno de los secretos mejor guardados de la ciudad: el Templo de Augusto. Aquí hace falta matizar que, en realidad, no os encontraréis ante un templo romano escondido en medio de edificios, pero sí sus impresionantes columnas de 9 metros situadas en el patio de un edificio de estilo medieval. Este templo constituía la parte central del Foro, lugar de culto imperial a César Augusto. Como sucedió con tantos edificios de esa época, el paso del tiempo y la acción humana causaron su derrumbe, y no fue hasta el Siglo XIX cuando se encontraron estas tres columnas y se incorporaron al conjunto que hoy en día podemos ver. Según se ha podido extraer de las excavaciones realizadas aquí, el templo original del siglo I contaría con 11 columnas en cada ala distribuidas en sus 37 metros de largo y 17 m de ancho, y estaría situado en un podio de un tercio de la altura de las columnas.
Pont del Bisbe (Puente del Obispo)
Volvemos a la Calle del Obispo y caminamos en dirección oeste. Aquí nos encontramos con uno de los puntos más famosos del Barrio Gótico de Barcelona: el Pont del Bisbe. En este caso estamos ante un elemento «falso» gótico (también podemos llamarlo neogótico si no queremos que suene tan mal) construido a principios del Siglo XX por un discípulo de Gaudí (¡es imposible no mencionarlo hablando de Barcelona!). Se trata de un pequeño arco-puente que une dos edificios, con un balcón de estilo gótico flamígero.
Según la leyenda, al pasar por debajo hay que pedir un deseo mientras miras la calavera (supuestamente real) que hay en el centro.¿Alguien ha pedido uno y se le ha cumplido? Otra leyenda menos optimista cuenta que el día que se separe la daga de esta calavera los edificios de la ciudad se derrumbarán. Sea cierta o no, creo que mejor no arriesgarse a descubrirlo.
Torre Praetoria
Pedimos un deseo al pasar bajo el puente (¡por si las moscas!) y, poco antes de llegar al final de esta famosa calle, nos desviamos por un callejón hasta la Plaza de San Felipe Neri, un rincón en el que parece que el tiempo se haya detenido.
Volvemos a la Calle del Obispo y, esta vez sí, llegamos hasta la Plaça Nova. Aquí encontramos la Casa de l’Ardiaca (del archidiácono, hoy en día Archivo Histórico de la ciudad), situada frente al Palacio Episcopal. Damos unos pasos más adelante para ver la entrada a esta calle desde la plaza. ¿Ves esas dos torres que flanquean la calle del obispo? ¡Son antiguas torres romanas! Aquí se encontraba la antigua Porta Praetoria, entrada norte a Barcino. Por supuesto, estas torres han sufrido cambios a lo largo de sus 1.700 años de historia (año arriba, año abajo). Originariamente, se trataba de una puerta con tres pasos: uno central, de mayor altura, y dos puertas laterales más pequeñas. Como puedes ver, estas arcadas se han perdido y hoy en día sólo se conservan las torres laterales.
¡Cuidado con los restos de acueducto que hay justo a su lado! A pesar de su aspecto se trata de un añadido de unos 60 años de antigüedad creado a partir de fragmentos originales del original. ¿Quizás podríamos decir que es medio real?
Casa de l’Ardiaca
Si puedes, te recomendamos adentrarte dentro de este edificio para descubrir los secretos que esconde.Aquí sí que estamos ante un edificio gótico de verdad (¡bien!), con la mezcla de estilos resultantes de la evolución del edificio. Como en todas las casas de este estilo, el punto principal de la vivienda es el patio, decorado con una fuente central. Pero, ¿qué es lo que hace especial este edificio? Su situación, ya que se encuentra adosado a la segunda muralla romana (de la que podemos ver un fragmento en el interior de este palacio gótico). Este elemento defensivo, poco a poco incorporado en los nuevos edificios que se construían en la Edad Media, constaba de nada menos que 81 torres de unos 18 m de altura. Si encontráis la casa abierta no dudéis en subir a la terraza del primer piso, donde encontraréis un remanso de paz con vistas a la Capilla de Santa Lucía.
Catedral de Barcelona
A su lado, unos pocos escalones nos llevan hasta la Catedral de Barcelona, uno de los edificios más importantes de la arquitectura gótica catalana. La construcción de esta catedral, realizada sobre los restos de la antigua basílica paleocristiana, tardó 150 años en finalizarse.
El templo está consagrado, por un lado, a la Santa Cruz (a la cual se exalta en el altar mayor, de mármol blanco) y, por otro, a Santa Eulalia (cuya cripta se sitúa justo debajo del altar, acogiendo un excepcional sarcófago de alabastro policromado). Ninguna visita a la catedral está completa sin visitar el claustro, donde podemos observar distintas escenas bíblicas esculpidas. Sin duda alguna, lo que más llama la atención de los visitantes es el estanque central y las trece ocas que en él viven. ¿Por qué encontramos ocas dentro de un templo? En honor a Santa Eulalia. Esta mártir, patrona de Barcelona, se enfrentó con tan solo 13 años al gobernador de Barcino para recriminarle las represiones a las que estaban sometidos los cristianos. Cuando se negó a renunciar a su fe, éste la condenó a trece martirios (uno por cada año de edad). Durante su corta vida, esta niña se dedicó pastorear ocas; así que la catedral ha acogido a una por cada año que la mártir llegó a cumplir.
Si queréis saber más sobre el templo, os recomiendo visitar la página web de la catedral, donde encontraréis un pequeño mapa con las diferentes zonas que podéis visitar.
Plaza del Rey
Rodeando la catedral llegamos hasta la Plaza del Rey. En mi opinión, se trata de otro de los rincones mágicos de Barcelona que consiguen sacarte de la ciudad y transportarte en el tiempo. En el centro
A su alrededor, grandes edificios góticos y renacentistas cierran la plaza.
Esta plaza era donde, originariamente, se situaban los corrales del Palacio Real (residencia y sede del gobierno de los Condes de Barcelona y de los Reyes de Aragón, formado por varios de los edificios que aquí vemos). Seguramente el elemento que más llama la atención a primera vista es el Mirador del Rey Martín, un torreón rectangular de 5 pisos de altura construido a mediados del Siglo XVI. La torre se sostiene sobre el conocido como Salón de Tinell, antigua sala de ceremonias de palacio en la que, según se cuenta, los Reyes Católicos recibieron a Cristobal Colón a su regreso de América (aunque no se ha podido probar históricamente). Esta sala forma parte del Museo de Historia de Barcelona (MUHBA), por lo que deberemos comprar la entrada a este museo si queremos visitarla. Esta entrada nos valdrá para visitar todas las sedes de este museo, por lo que es totalmente recomendable si tienes tiempo para disfrutarlo.
A la izquierda encontramos el Palacio de Lloctinent, siendo antiguo Archivo General de la Corona de Aragón durante los siglos XIX y XX. Frente a él, la capilla Real de Santa Águeda (del siglo XIV, al igual que el Salón de Tinell) se erige sobre la antigua muralla romana, siendo su principal elemento decorativo el retablo.
Tras nosotros, la Casa Clariana-Padellàs, un edificio gótico con pinceladas renacentistas, cierra la plaza. A pesar de lo que parezca, esta casa no siempre ha estado aquí. De hecho, se trasladó en los años 30 del siglo XX piedra a piedra desde la Calle Mercaders hasta su actual ubicación. Y justamente gracias a este cambio hoy podemos observar los restos de la antigua ciudad de Barcino en este edificio, que forma también parte del MUHBA. Salimos de la Plaza del Rey por la Calle del Veguer, donde unas ventanas a pie de calle nos permiten ver parte de los restos romanos que se conservan bajo este edificio.
¿Os gustaría que habláramos más acerca de los restos romanos que podemos encontrar en Barcelona? ¡Dejadlo en comentarios y dedicaremos un post en exclusiva!