En el post de hoy nos trasladamos hasta Monemvasía, un pueblecito medieval fortificado situado en una pequeña península al este del Peloponeso, a unos 90km al sureste de Esparta. Su nombre («entrada única», derivado de dos palabras griegas) ya nos da una pista de cómo llegar: la única forma de entrar es a través de un estrecho puente que le une al continente.Nada más ver la imagen aérea ya nos damos cuenta de lo diferente que es Monemvasía de otras ciudades fortificadas. Lo primero, por la cantidad de zonas sin construir en su interior, algo muy poco habitual en este tipo de urbanismo. La orografía es también la culpable de que no veamos grandes construcciones fuera de las murallas y de que en su límite norte no sea necesario haber creado un muro. En otras palabras, Monemvasía es una fortaleza construida por la propia naturaleza con unas características defensivas envidiables.

Vista aérea de Monemvasía (Fuente: monemvasia.org)
Vista aérea de Monemvasía (Fuente: monemvasia.org)

El pueblo se oculta del continente tras la enorme roca que le sirve de protección y lo protege de las miradas indiscretas. Una vez atravesamos las murallas sentimos que el tiempo se ha congelado, ya que es uno de los pocos rincones de Europa que los turistas han mantenido intacto.

Lo primero que vemos al acercarnos a Monemvasía son, obviamente, sus murallas del siglo XVI, construidas durante la dominación Veneciana. La estructura de Monemvasía es la tradicional de las ciudades bizantinas fortificadas: una ciudadela en el punto más alto y una ciudad divida en dos zonas, la alta y la baja. Una vez dentro del límite de las murallas únicamente vemos calles peatonales empedradas y estrechas con edificios de piedra a ambos lados. Este es uno de los sitios que te animan a descubrirlos sin mapa, recorriendo sus calles a paso tranquilo y disfrutando de todo aquello que nos encontramos a nuestro paso.

Nada más cruzar la puerta de entrada nos encontramos con la casa de Yannis Ritsos, poeta y político griego con una obra muy marcada por la situación política que tuvo que vivir. A pesar de la importancia de este personaje en la historia griega, la casa no es un edificio que destaque arquitectónicamente. Por ello, mi consejo es que deis la espalada a este edificio y disfrutéis de las preciosas vistas del mar y el continente que nos regala el lugar.

Si por algo se caracteriza la Fortaleza de Monemvasía es por la cantidad de iglesias que hay tras sus muros. En concreto, encontraremos unas 40 iglesias, muchas de ellas bien conservadas. Como sería imposible nombrarlas todas, hablaremos únicamente de las más destacadas.Si queréis encontrarlas, sólo tendréis que buscar la cruz en su techo o cúpula.

Tejados de Monemvasía
Tejados de Monemvasía (Fuente: monemvasia.org)

En la plaza principal encontramos Elkomenos Christos, una pequeña basílica que es la catedral de Monemvasía. El edificio actual es, como resulta habitual en numerosas iglesias, una mezcla de estilos y épocas. Se calcula que su estructura data del siglo VI, la capilla de Aghios Ioannis del siglo XII, y su campanario (separado del resto del edificio) del siglo XIX. En su interior, dedicado al Cristo Encadenado, se encuentran los tronos de Andronikos II y de su esposa, así como iconos bizantinos y post-bizantinos.

Al otro lado de la calle vemos Panaghia Myrtidiotissa, también conocida como Panaghia Kritikia por la gran cantidad de refugiados de la isla de Creta que recibió. Esta iglesia construida durante la segunda ocupación veneciana, conbina en su interior elementos bizantinos y venecianos de una manera única.

A parte de iglesias, Monemvasía ofrece mucho más. Por ejemplo, su Museo Arqueológico muestra testimonios de actividad humana y artística desarrollada en la población desde los primeros años del cristianismo hasta los últimos siglos de la ocupación turca. El edificio que lo acoge no puede estar más cargado de historia: durante la ocupación turca se construyó como Mezquita, durante la segunda ocupación veneciana fue un edificio de uso público y después de la liberación funcionó como prisión y cafetería. Sin duda, si sus paredes pudieran hablar tendrían muchas historias muy diferentes que contar.

Ninguna visita a Monemvasía está completa sin subir hasta la parte más alta de la fortaleza. Por ello, os animamos a luchar contra la pereza y dirigiros hacia la ciudadela. Desde aquí obtendremos unas impresionantes vistas panorámicas tanto de la población como del mar que la rodea.

Vista panorámica de Monemvasía (Fuente: monemvasia.org)
Vista panorámica de Monemvasía (Fuente: monemvasia.org)

También aquí encontraremos Aghia Sofia, un bello templo del siglo XII construido al borde del acantilado. Según fuentes históricas, esta iglesia estaba dedicada inicialmente a la Virgen Hodegitria, pero después de la Guerra de la Independencia se rebautizó debido a su parecido con el templo de Constantinopla. A su alrededor, como se observa en la imagen, encontramos numerosos edificios en ruinas de la antigua ciudad: muros, calabozos e, incluso, la casa del Gobernador Veneciano. Como podéis imaginar, esta zona todavía está siendo excavada, por lo que en ocasiones es posible que no nos permitan acceder a ella.

Aghia Sofia y su entorno (Fuente: monemvasia.gr)
Aghia Sofia y su entorno (Fuente: monemvasia.gr)
 
Y como una imagen dice más que mil palabras, nos despedimos con este pequeño vídeo sobre Monemvasía. Aunque el audio está en inglés, las imágenes lo dicen todo.
 
 

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