Kotor es una de esas ciudades que enamoran ya a primera vista. Su esencia medieval tan bien conservada, su autenticidad y su espectacular entorno natural hizo a esta pequeña ciudad de Montenegro (y a toda la región) merecedora de entrar a formar parte de la lista de lugares Patrimonio de la Humanidad.
Su orografía única la convirtió durante siglos en refugio de flotas, siendo durante mucho tiempo un lugar estratégico tanto para la República de Venecia como para, posteriormente, el Imperio Austrohúngaro. A pesar de toda la belleza que oculta un país tan poco conocido como Montenegro, en este post quiero centrarme únicamente en Kotor y en su bahía para descubrir poco a poco todos sus secretos.
Por lo general, las formas más comunes de llegar a Kotor son por aire (aterrizando en la cercana Dubrovnik, con mejores conexiones aéreas) o por mar a bordo de un crucero por el Adriático. Sea cual sea la forma que elijas, prepárate para disfrutar de maravillosos paisajes a medida que te acercas a la ciudad.
Gracias a su rica historia, Kotor cuenta con numerosos palacios e iglesias. Por desgracia, no hablaremos de todos ellos en este post para no extendernos demasiado. Pero no te preocupes, te dejamos como siempre un mapa interactivo de Kotor para que puedas orientarte y no perderte nada.
Bahía de Kotor
Presta atención a la espectacular Bahía Boka Kotóska, formada por dos bahías interrelacionadas, rodeadas de altas montañas que emergen del agua para alcanzar, rápidamente, los 1500 metros de altura. Tal es la espectacularidad de este paisaje que mucha gente se refiere a él como «el fiordo más meridional de Europa», aunque en realidad no se trate de uno. Quizás geológicamente exista alguna diferencia con los fiordos, pero el paisaje es tan maravilloso como en ellos.
Murallas de Kotor
Ya desde lejos podemos ver las murallas de la ciudad. Si llegas en barco a Kotor (ya sea con un crucero o con una de las embarcaciones que recorren la bahía) no dudes en levantar la vista y observar cómo este bellísimo ejemplo de arquitectura militar italiana serpentea ascendiendo por la ladera del Monte de San Juan. Si la vista de las murallas y sus baluartes no te sorprende, espera a escuchar sus cifras. En total, suman una longitud de unos 5 km, con 20 metros de alto y 10 metros de ancho. ¡Un ejemplo único en Europa de fortificación a lo grande!
Como siempre, pensamos que la mejor opción es hacer una visita guiada para situarte y conocer mejor la historia de la ciudad. De este modo, sabrás donde están los principales atractivos y no perderás tiempo buscándolos para disfrutarlos luego con calma. De todos, te ayudamos a descubrir la ciudad por si prefieres hacerlo por tu cuenta…
Empezamos nuestra visita atravesando estos muros por la Puerta del Mar, principal acceso a Kotor. Esta puerta del siglo XVI fue construida durante la ocupación veneciana. Por ello no debe sorprendernos encontrar aquí el león alado de San Marco, símbolo de Venecia (si no lo ves, gira un poco la cabeza y dirige la vista hacia el bastión). Pero fijémonos en los detalles… ¿Ves la fecha que hay escrita justo encima del arco de la puerta? El 21 de Noviembre de 1944 fue, nada más y nada menos, que el día en que Kotor fue liberado de los nazis. Justo encima de esta fecha encontramos una estrella comunista y una cita de Tito, Primer Ministro de Yugoslavia tras la guerra.
Plaza de Armas (Trg od oružja)
Nada más cruzar la puerta llegamos a la Trg od oružja (¿te atreves a pronunciarlo?), la Plaza de Armas. Tómate tu tiempo para visitar esta pequeña plaza, ya que en ella se encuentran muchos de los edificios más importantes de Kotor. Estamos en el centro neurálgico de la ciudad, un punto de encuentro y descanso tanto de locales como de turistas. Además, su situación cercana al puerto la hace ideal para tomar algo antes de volver al barco si visitas Kotor durante un crucero.
Torre del Reloj
Seguramente lo primero que verás es la Torre del Reloj, un campanario del Siglo XVII situado justo frente a la puerta. Se dice que, desde su construcción, siempre se ha encargado de su mantenimiento la misma familia de relojeros. ¡Eso sí que es un trabajo para toda la vida! Además, lo han hecho muy bien, ya que este reloj únicamente se ha parado una vez en todos sus siglos de vida: durante el terremoto de 1979. De hecho, si te fijas, la torre se encuentra levemente inclinada debido al gran movimiento sísmico de la zona. A pesar de que se intentó enderezar, este gran terremoto volvió a inclinarla, por lo que se dejó tal y como la vemos hoy en día. ¿Ves una especie de columna a sus pies? Se trata, en realidad, de una picota. En ella se castigaba a los delincuentes, exponiéndolos y avergonzándolos por sus fechorías.
Justo frente a la Torre del Reloj encontramos el Arsenal, edificio que dio nombre a esta plaza. A su lado encontramos el Viejo Ayuntamiento, un edificio totalmente renovado a principios del Siglo XX. Este edificio, construido durante la ocupación Veneciana, ha acogido multitud de actividades diferentes a lo largo de la historia. Entre ellos, fue teatro durante la ocupación francesa (de ahí a que también se le conozca como Teatro de Napoleón) y hotel de lujo en la actualidad.
En esta misma plaza se encuentra también el Palacio del Príncipe. Este edificio, de amplia fachada y pocas alturas, fue construido con funciones militares. Durante años sirvió como almacén, como prisión militar y como residencia del Preboste, el gobernador de la ciudad.
Palacios de Kotor
Salimos de la Plaza de Armas y empezamos a pasear por las estrechas calles de esta pequeña ciudad. Paseamos con calma, disfrutando de cada edificio que se cruza en nuestro camino. Kotor cuenta con numerosos palacios que muestran la importancia económica que tuvo, por lo que vale la pena alzar la vista y mirar cada detalle.
Algunos de ellos se pueden visitar hoy en día gracias a las actividades que acogen en la actualidad. Por ejemplo, el Palacio Grgurina acoge el Museo Marítimo. En él se narra la historia de los marineros que habitaban esta bahía, muy vinculada a la propia historia de la ciudad. Entre sus piezas más destacadas podemos encontrar numerosas maquetas navales, así como trajes regionales, mapas… ¡Toda una lección de historia de Kotor!
Iglesia de San Miguel: El Lapidarium de Kotor
Nuestro paseo sin rumbo nos lleva hasta la Iglesia de San Miguel, un templo de finales del Siglo XIII construido sobre los restos de otro del siglo VI. De hecho, los estudios arqueológicos han llegado a demostrar que la iglesia que vemos hoy en día se construyó con algún material del templo anterior. Se trata de una iglesia pequeña, de una única nave. Su decoración más notable es, sin duda alguna, los frescos que decoran sus paredes. Desgraciadamente no se ha podido conservar toda la belleza de esta obra de mitad del siglo XV, obra de un artista local que se había formado en Venecia.
En su interior encontramos el Lapidarium, una pequeña exposición que recoge restos arqueológicos de Kotor, todos ellos de piedra. Entre las piezas más importantes podemos destacar un busto del Emperador Romano Domiciano del Siglo I, así como numerosos escudos de armas de los Gobernadores Venecianos y familias nobles de Kotor y Perast.
A tan solo unos pasos de aquí encontramos también la Iglesia de San Lucas, un diminuto templo. Como curiosidad, fue construido durante el siglo XIII como iglesia católica, pero cinco siglos después pasó a ser ortodoxa. Hoy en día, podemos encontrar un altar dedicado a cada confesión. Se trata del único edificio que no ha sufrido grandes daños por los terremotos, por lo que su estado de conservación es mejor que el de otros edificios cercanos.
Museo de los Gatos de Kotor
A tan solo unos pasos de aquí encontramos uno de los museos más curiosos con los que nos hemos cruzado: el Museo de los Gatos. En él encontramos todo tipo de objetos dedicados a este animal: desde sellos y postales hasta monedas, medallas y otros objetos curiosos. Realmente es un museo pequeño, pero si te gustan los gatos y tienes tiempo de sobra visitando la ciudad, puede ser una opción para ti.
Catedral de San Trifón
Nuestra próxima parada es la Catedral de San Trifón, santo protector de la ciudad. Se considera una de las iglesias más antiguas de Europa y la más impresionante de Kotor. Construida durante el siglo XII sobre un templo anterior, tuvo que ser restaurada en estilo barroco después de que un terremoto la dañara. Gracias a ello, hoy podemos disfrutar de sus hermosas torres.
Antes de entrar en la catedral no olvides mirar hacia el cielo. ¡Me encanta la vista de este templo con las montañas de fondo! Una vez atravesamos sus puertas, lo primero que nos llama la atención son las grandes columnas de ladrillo que lo sostienen. ¡Fíjate en los arcos! Aunque no se hayan conservado totalmente, hay unos frescos del siglo XIV dignos de mención.
Si tienes tiempo, no dudes en visitar el museo catedralicio, donde podrás contemplar multitud de pinturas religiosas y reliquias que datan de entre los siglos XIV y XVIII.
La Fortaleza de San Giovanni
Decidimos acabar nuestra visita por todo lo alto, ¡Nunca mejor dicho! Si visitas Kotor, no olvides ponerte calzado cómodo, coge una botella de agua y sube a lo alto de la montaña. Deberás subir poco a poco y con cuidado, ya que la piedra es resbaladiza (especialmente en días húmedos o de lluvia). Ármate de paciencia, ya que se trata de un ascenso muy pronunciado, con una pendiente media de un 27%. Pero te prometemos que el esfuerzo valdrá la pena. ¡Te sorprenderán las vistas tan espectaculares de la bahía que hay desde allí arriba!
Existen dos maneras de llegar hasta la cima: abonando la entrada de 8 € para subir por el camino más conocido o tomar una ruta alternativa en la que no se cobra. Para ayudarte, te diremos qué debes hacer para llegar hasta la fortaleza sin tener que pagar esta entrada. Pero te avisamos… ¡es un camino más largo que el otro!
Cómo subir hasta la fortaleza
Empezamos atravesando las murallas por la Puerta del Río (también llamada Puerta Norte o Vrata od Škurde) y cruzamos los dos puentecitos que atraviesan el río. Nada más cruzar este segundo puente debemos girar hacia la derecha. Una vez llegues al final de la calle encontrarás un sendero de piedra que, poco a poco, asciende la colina hasta llegar a nuestro destino. Cuando llegues a la primera casa de piedra gira a la derecha y toma el camino que va hasta la antigua Iglesia de Juan Bautista, de la que toma el nombre la fortaleza, donde oraban los soldados que vigilaban las murallas de la ciudad. Por desgracia, poco queda de la fortaleza original: tan solo algunos restos que nos recuerdan la importancia del lugar.
Rodea esta pequeña iglesia y camina hasta la ventana, cruzándola para entrar en las murallas. Desde aquí, ya solo tendrás que seguir subiendo la escalera sin perder de vista la bandera de Montenegro, que ondea animando al visitante a llegar hasta ella. Aunque el camino sea duro, las vistas desde aquí (y aún más la puesta de sol) es impresionante, por lo que si haces noche en Kotor te recomendamos no perderte este espectáculo de la naturaleza. Además, si subes a partir de las 8 pm el ascenso hasta la fortaleza te saldrá gratis. Eso sí, recuerda llevar una linterna contigo para iluminarte en el camino de regreso.
Volviendo a Kotor encontramos la Iglesia de Nuestra Señora de la Salud, un templo ortodoxo de principios del Siglo XVI desde el que también podéis disfrutar de vistas magníficas.
¿Qué ver cerca de Kotor?
Como ya has podido comprobar, Montenegro es un país fascinante que ofrece mucho más que una sola ciudad. ¿Te alojas en Kotor y quieres conocer la región al máximo? ¡Aquí te dejamos algunas ideas rápidas!
Risan
Situada unos 20 km al norte de Kotor, se considera la población más antigua de esta bahía. Sin duda, su principal atractivo es la Villa Romana, datada entre el siglo II y III d.C (momento de máximo esplendor de la Risan romana). En ella podemos disfrutar de mosaicos únicos en el mundo, entre los que destaca la única representación de Hipnos, dios romano del sueño.
Si subes la colina Gradina también puedes visitar los restos de una acrópolis iliria-griega estratégicamente situada para controlar el terreno. ¿Te preguntas quiénes eran los Ilirios? Eran la unión de distintos pueblos procedentes de los Balcanes que se asentaron en torno al Adriático.
Perast
Algo más cerca de Kotor encontramos Perast, un pequeño pueblo de pescadores abierto al mar. Muy cerca de aquí encontramos dos pequeñas islas muy importantes para la población local: la Isla de San Jorge, con un monasterio benedictino del Siglo XII, y la isla artificial de Nuestra Señora de la Roca, resultado de la devoción de sus ciudadanos por esta Virgen.
Al igual que Kotor, Perast sorprende al visitante por su gran cantidad de palacios (sobretodo barrocos) y de iglesias que reflejan el poder económico que esta ciudad tuvo. ¿Nuestra recomendación? Hacer una excursión que combine Perast y Nuestra Señora de la Roca para no tener que preocuparte por el transporte.
Y tú, ¿has visitado ya Kotor o estás planeando hacerlo? ¿Nos hemos dejado algo? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!
1 Comentario
Jamesnug
Wow because this is extremely excellent job! Congrats and keep it up.