Si por algo es conocida Inglaterra, más allá de su capital, es por sus grandes ciudades universitarias. Hoy viajamos hasta Cambridge, una de sus joyas, para conocer algunos de los rincones más destacados de la ciudad.
Es imposible hablar de Cambridge sin mencionar Oxford, y es que la rivalidad entre ambas ciudades sigue latente en la actualidad. Cambridge es sinónimo de imponentes y majestuosos edificios, rodeados de una agitada vida que llena a diario sus calles.
¿Dónde está Cambridge? ¿Cómo llegar?
La ciudad de Cambridge se encuentra situada al sureste de Inglaterra, a apenas 100 km al norte de Londres. La ciudad se encuentra bañada por el río Cam, que le da nombre (literalmente, Cambridge es Puente del Cam). Si nos encontramos en la capital, podremos acceder de tres formas distintas a Cambridge: con un coche de alquiler, en autobús o en tren. Si dispones de poco tiempo y quieres visitar también la ciudad de Oxford, te recomendamos contratar una excursión conjunta a Oxford y Cambridge, ya que realizar ambas visitas en transporte público en un solo día es prácticamente imposible. ¿El motivo? Al no haber transporte público directo que las conecte, el trayecto entre una y otra es de casi 3 horas. En total, perderías unas 5 horas solo en el transporte. ¡Casi nada!
¿Qué visitar y hacer en Cambridge?
Punting: El deporte oficial de Cambridge
Independientemente de cómo elijas llegar hasta allí, durante tu visita atravesarás algunos de los numerosos puentes con los que cuenta la ciudad. Desde ellos es muy habitual ver a jóvenes universitarios practicando punting, un tipo de navegación en una especie canoas (o góndolas) empujadas por pértigas. (también muy común en Oxford, por cierto).
Para nosotros, el punting es una forma estupenda de conocer la ciudad desde otro punto de vista. Sólo haciendo un paseo en barca por Cambridge podrás pasar por debajo de sus puentes, ver la parte trasera de los colleges y disfrutar de algunas de las principales atracciones de Cambridge de forma cómoda y diferente.
Jardín Botánico
Por supuesto, el punting no es la única forma de conocer la ciudad, por lo que te invitamos a acompañarnos en la ruta a pie que hicimos para conocer Cambridge en profundidad.
Comenzaremos la visita por el Jardín Botánico, situado muy cerca de la estación de trenes. Como gran parte de los edificios públicos de la ciudad, el Botánico pertenece a la Universidad de Cambridge. Se trata de un jardín de 16 hectáreas fundado en 1831 que acoge numerosas especies vegetales de todo el mundo. Las plantas se encuentras distribuidas formando diferentes tipos de jardines para destacar todavía más las diferencias entre unas especies y otras. Además, el jardín cuenta con diversos lagos y fuentes que destacan todavía más la belleza del lugar, especialmente destacable cuando llega la primavera y se produce un estallido de color. ¡Perfecto para disfrutarlo en días soleados!
Museo Fitzwilliam
Nuestra siguiente parada se encuentra a apenas 700 metros del Jardín Botánico en dirección al centro de la ciudad. El Museo Fitzwilliam, uno de los más famosos de la ciudad, se dedica al arte y a la historia. Nada más acercarnos a él podemos observar su fachada de estilo clásico, un homenaje a los antiguos templos romanos y griegos. Al atravesar su puerta nos recibe un imponente hall que nos hace sentir en un palacio. Una impresionante escalera doble de mármol, adornada con numerosas estatuas y columnas, permite el acceso a las plantas superiores. Sobre nuestras cabezas, una cúpula ricamente decorada completa la estética palaciega del lugar.
Como puedes imaginar tras esta descripción, el propio edificio por sí mismo bien merece una visita. Pero su importante colección de obras de arte y objetos arqueológicos hacen del Museo Fitzwilliam una visita todavía más interesante. Además, el hecho de que sea gratuito (puedes abonar la voluntad para ayudar a su conservación) lo convierte en una visita imprescindible.
La Universidad de Cambrige y sus colleges
Al igual que sucede en Oxford, pasear por Cambridge es sinónimo de descubrir colleges en cada rincón. Es importante ser consciente de que es imposible visitarlos todos. Por un lado, muchos de ellos funcionan como parte de la actual Universidad de Cambridge y están cerrados a los visitantes. Por otro lado, hay tantísimos que aunque estuvieran abiertos sería imposible ver todos en tan solo un día. Aún así, te aconsejamos recorrer las calles de la ciudad con calma, disfrutando de la belleza de cada edificio que encontrarás a tu paso.
Matizado este punto, retomamos nuestra visita paseando por Trumpington Street en dirección al centro. En este camino encontraremos diversos colleges a nuestro paso: el Pembroke (del que destacan principalmente su bello jardín y su capilla), el Corpus Christi (el único fundado por los habitantes de Cambridge, con una importante biblioteca y un estilo más íntimo que otros edificios de la ciudad), el Saint Catharine’s (con una bellísima arquitectura de ladrillo rojo)…
Puente Matemático
Si no te animas a realizar el paseo en barca, te recomendamos girar por Silver Street en dirección hacia el río. Desde aquí encontrarás una de las mejores vistas a pie del Puente Matemático, llamado así por la técnica usada en su construcción (si quieres acceder al puente tendrás que abonar la entrada del Queen’s College, al que pertenece).
¿Te parece poca cosa? Total, solo es un puente peatonal de madera, ¿no? ¡Pues no! La leyenda cuenta que este puente fue construido por el mismísimo Isaac Newton sin usar ni una sola tuerca ni tornillo. El genio, para poner a prueba a sus alumnos, les presentaba las piezas de esta obra de ingeniería por separado para que ellos lo montaran de nuevo con sus propias manos. Pero la realidad es diferente: Isaac Newton falleció 22 años antes de la creación de este maravilloso puente, por lo que no pudo ser el responsable de su construcción. Aún así, la aplicación práctica de los principios matemáticos usados en su diseño bien merece una mención.
Como podrás ver, el Puente Matemático forma parte del Queen’s College. Por ello, si quieres acceder a él y atravesarlo tendrás que abonar la entrada. Ten en cuenta que la mayoría de colleges cierran a los visitantes en época de exámenes, por lo que te recomendamos visitar su página web cuando estés planificando tu visita.
King’s College de Cambridge
Una vez visitado el puente, te recomendamos volver sobre tus pasos y retomar el paseo por Trumpington Street (que se transforma más adelante en King’s Parade). Tras poco más de 400 metros de paseo encontrarás uno de los grandes reclamos de la ciudad de Cambridge: El King’s College.
Nada más atravesar sus puertas te recibirá una gran capilla de estilo gótico tardío. Se trata del edificio más antiguo conservado de todo el complejo y uno de los más icónicos de toda la ciudad. No en vano, se considera uno de los mejores ejemplos de gótico perpendicular de Inglaterra. Es imposible no sentirse pequeño al adentrarte en la capilla, con un tamaño de 88 metros de largo y 12 de ancho. Levanta la mirada y disfruta de la impresionante bóveda, de más de 24 metros de altura y ricamente decorada. ¿Sabías que se considera la mayor bóveda de abanico del mundo?
Resulta realmente difícil apartar la mirada de ella, pero deberás hacerlo para disfrutar del resto de tesoros de este lugar. Presta atención a las bellas vidrieras que llenan de luz y color la nave de la capilla (especialmente en días soleados).
El Coro del King’s College
El coro de la capilla también merece especial atención por el cuidadoso trabajo de la madera de sus asientos y el gran órgano dorado que lo preside. Nos gustaría destacar que el Coro de la Capilla es uno de los más importantes de Inglaterra, siendo un lugar perfecto para disfrutar de un concierto o una misa cantada (Evensong).
Salvo circunstancias especiales, las misas cantadas se celebran cada tarde en esta capilla. Para asistir a ellas no es necesario adquirir ninguna entrada, pero sí hacer cola en la puerta y tener suerte de no quedarte fuera. ¿Nuestro consejo? Empieza a hacer cola con poco más de media hora de antelación para no perdértelo.
Si lo prefieres, hay varios tipos de conciertos que se suelen celebrar en este lugar: recitales de órgano, conciertos del coro y otros tipos de conciertos. Aquí puedes consultar la programación de conciertos del King’s College.
La Adoración de los Magos
Al final de la nave encontramos, en un lugar privilegiado, La Adoración de los Magos. Rubens pintó este retablo entre 1633 y 1634 para decorar un convento situado en Lovaina. Tras la desamortización llevada a cabo en Flandes, esta obra se vendió y pasó a formar parte de la colección de William Patty, llegando así a Inglaterra en 1788. Tras pasar por varios propietarios, La Adoración de los Magos de Rubens llegó a manos de Alfred Ernest Allnatt, un hombre de negocios que lo donó al King’s College de Cambridge en 1961.
¿Quieres saber una curiosidad? Para darle al cuadro la importancia que requiere, se tuvo que rebajar el suelo de toda la capilla para que esta obra de arte pueda admirarse en lo alto sin que tape el ventanal situado tras ella.
Los jardines del King’s College de Cambridge
Saliendo por la parte trasera de la capilla llegamos a los jardines de este College: una inmensa extensión de césped atravesada por el río en la que los estudiantes pueden relajarse y disfrutar al aire libre entre clase y clase (siempre que el lluvioso clima inglés lo permita).
La visita a los jardines es una buena oportunidad para disfrutar de unas vistas espectaculares de los distintos edificios que componen el College, desde una perspectiva diferente a la que vemos desde la calle (y, porqué no decirlo, en un entorno mucho más verde).
En el centro del jardín encontramos una estatua que representa a Enrique VI, el fundador del King’s College de Cambridge, sosteniendo el documento que autorizaba su construcción. A su lado, en la parte inferior, aparecen sentadas representaciones de la religión y la filosofía. Y justo sobre la representación de la religión encontramos otra curiosidad: Sobre la biblia que sostiene en sus piernas aparece una réplica de la Capilla que acabamos de visitar.
Reloj Corpus
Al salir del College, si retrocedemos por King’s Parade hasta llegar a la esquina con Bene’t Street (la parte trasera del Corpus Christi) podremos observar una de las grandes curiosidades de Cambridge.
En este mismo lugar encontramos un gran reloj de 1,5 metros de diámetro, con apariencia circular, chapado en oro de 24 kilates y coronado por un siniestro insecto metálico que aparenta comerse el tiempo a medida que éste pasa.
Seguro que es justamente ese insecto (el Cronógfago) lo que más te llama la atención a primera vista. Su movimiento constante, abriendo y cerrando la boca (aparentando comerse el tiempo) y su parpadeo ocasional es hipnótico. ¿Pero dónde están las manecillas y los números? No te molestes en buscarlas, ya que son inexistentes. En su lugar, unas hendiduras distribuidas en tres anillos concéntricos señalan, mediante luches LED azules, las horas, los minutos y los segundos.
No te fíes mucho de la hora que marca, ya que se dice que sólo es exacta una vez cada cinco minutos, lo que según su creador ayuda a reflejar la “irregularidad de la vida”.
Great St Mary’s
La siguiente parada en nuestra visita a Cambridge es la Gran Iglesia de Santa María, situada junto a la Plaza del Mercado (no confundir con Little St Mary’s, junto al Pembroke College). Nos encontramos en el corazón de la ciudad, repleto de tiendas y bares en los que sentarse a recuperar fuerzas.
El templo, de estilo gótico tardío, se considera la principal iglesia universitaria de la ciudad. No dudes en subir a la torre, donde podrás disfrutar de una maravillosas vistas panorámicas de la ciudad. ¡Los 123 escalones bien valen la pena!
Trinity College
Después de reponer fuerzas, retomamos nuestra visita conociendo uno de los colleges más famosos de Cambridge: el Trinity College. Para llegar hasta él debemos recorrer una de las calles más importantes (y bonitas) de la ciudad, la Trinity Street. Te aconsejamos recorrerla con calma, dejando de lado las numerosas tiendas para centrar tu atención en los bellos edificios históricos que aquí encontramos.
Su fama se debe principalmente a tres motivos. Por un lado, es el College con más miembros de toda la ciudad (incluso más que cualquiera de Oxford). Por otro lado, se considera una institución académica líder a nivel mundial, siendo una de las que mejor dotación presupuestaria tiene. Y, por último, por su larga lista de alumnos célebres. El Trinity College presume de haber tenido entre sus larguísimas listas de profesores y alumnos a personalidades tan conocidas como el Príncipe Carlos, Francis Bacon o el mismísimo Isaac Newton, además de nada menos que 34 ganadores de los premios Nobel.
Great Gate
El acceso se realiza a través de la Gran Puerta (Great Gate), en la que podemos observar a Enrique VIII, fundador del College, situado sobre el escudo de armas de Eduardo III, fundador del King’s Hall (del que en la actualidad solo se conserva esta puerta y el Albergue del Rey, en la zona norte del Great Court). A ambos lados, encontramos los escudos de armas de cinco de sus hijos (los que llegaron a la madurez) y uno en blanco, reservado a William de Hatfield (fallecido muy joven, antes de recibir su propio escudo). Como sabes que nos encantan las curiosidades, te dejamos una más. Fíjate en la mano de Enrique VIII. ¿No ves nada raro? ¿Por qué tiene una pata de una silla en lugar de una espada? Hay varios mitos que tratan de explicar este motivo, pero la realidad es que probablemente nunca sepamos quién se llevó la espada y porqué decidió dejar este objeto en su lugar.
Great Court
Nada más entrar al College, lo primero que veréis será, al igual que en los otros, el Great Court: un gran patio interior cubierto de césped desde el que podréis observar los distintos edificios que componen el Trinity College de Cambridge.
El aspecto que vemos en la actualidad es el resultado de una gran intervención realizada entre 1599 y 1608. Thomas Neville decidió demoler gran parte de los edificios existentes en este mismo lugar (incluyendo casi todos los pertenecientes al antiguo Michelhouse College) para crear este espacio.
Capilla del Trinity College
Desde aquí podemos acceder a la Capilla, el único edificio incluido en la entrada (el acceso a la Wren Library se realiza con otra entrada). Se trata de un pequeño templo de decoración austera y estilo gótico-Tudor, con tracería perpendicular.
En la ante-capilla encontramos diversas estatuas de alumnos destacados del Trinity College, entre los que destacan Sir Isaac Newton o Sir Francis Bacon. Justo tras Sir Isaac Newton encontramos un gran listado que recoge los nombres de todos los alumnos del Trinity College que perdieron la vida luchando en la Segunda Guerra Mundial.
Al adentrarnos en la capilla lo primero que capta nuestra atención es el gran atril dorado en forma de águila, situado en medio del coro. Al igual que en el King’s College, en esta capilla también se realizan de forma habitual conciertos, por lo que todos los elementos están dispuestos para ello.
A ambos lados encontramos una sillería de madera (mucho menos trabajada que la del King’s College, siendo sinceros) y, como es habitual, al fondo de la sala encontramos el gran retablo que preside la capilla. No olvides prestar atención a los techos, que presentan unos bellos artesonados.
Wren Library
Situada también en el complejo del Trinity College (aunque el acceso se realiza por otra puerta) encontramos la Wren Library, una de las bibliotecas más completas y más famosas de la ciudad. Entre sus fondos encontramos verdaderos tesoros de la literatura, como son (por poner solo unos pocos ejemplos) dos de los primeros manuscritos de Shakespeare o cartas de Sir Isaac Newton. Si te apasionan los libros antiguos, te recomendamos consultar los fondos de la Biblioteca Wren.
Pero no podemos permitir que estas joyas empañen la belleza del edificio que las contiene. La Wren Library se construyó a finales del Siglo XVII siguiendo el diseño de Christopher Wren, quien se negó a cobrar por su trabajo. El edificio se construyó con grandes ventanales que inundan el espacio de luz, para facilitar la lectura a los estudiantes y profesores. Altas estanterías de roble ricamente decoradas permiten almacenar los libros, mientras que numerosas estatuas y bustos de personajes célebres completan el aspecto elegante y lujoso del espacio, a la vez que invitan al silencio y a la concentración.
Puente de los Suspiros y St John’s College
Todavía extasiados por la belleza de la Wren Library (no podemos negar que somos unos enamorados de las grandes bibliotecas históricas) nos disponemos a terminar nuestra visita express a la ciudad de Cambridge.
En esta ocasión, nos dirigimos a orillas del río Cam y nos dejamos guiar por él. Nuestra próxima parada es el Puente de los Suspiros, un puente cubierto de estilo romántico (al igual que los que encontramos en Venecia o en Oxford). A diferencia del de Venecia, las versiones inglesas cuentan con grandes ventanales que llenan de luz su interior (¡tienen que aprovechar el poco sol que tienen!).
Este puente forma parte del St John’s College, fundado a principios del Siglo XVI. Se trata de otro de los complejos monumentales de la ciudad dignos de visitar. Entre sus rincones más destacados encontramos la puerta principal, con una curiosa decoración repleta de elementos mitológicos. También la capilla, con interesantes pinturas y vidrieras decorándola.
Round Church
Si todavía os queda algo de tiempo, podéis alejaros un poco del centro y visitar la parte norte de la ciudad. Al final de St John’s Street encontraréis la Round Church, una curiosa iglesia de planta circular. A pesar de que todo el mundo la conoce por este apodo, su nombre real es Iglesia del Santo Sepulcro, debido a que se inspiró en el Santo Sepulcro de Jerusalén.
El templo se construyó en el Siglo XII, siendo una de las cuatro iglesias circulares que se mantienen todavía en uso en toda Inglaterra.
Muy cerca de aquí encontramos Portugal Place, una de las calles mejor conservadas de la ciudad con casas de los siglos XVIII y XIX que muestran cómo era antiguamente la ciudad. Al final de la calle encontramos el Jesus Green, un amplio parque perfecto para poner punto y final a nuestra visita.