Hoy finalizamos nuestra visita a Cracovia descubriendo uno de los barrios con una historia reciente más marcada de la ciudad, un lugar donde el vello se nos eriza al pensar en todo lo que sufrieron sus habitantes y el modo en el que fueron arrancados de sus casas: el Barrio Judío de Kazimierz.
Barrio Judío de Kazimierz
Esta ciudad, fundada en el siglo XIV, fue el destino de miles de judíos que fueron obligados a mudarse a esta barrio situado en una pequeña isla del Vístula en el siglo XV. Durante muchos años fue una ciudad independiente con gobierno propio, sólo por debajo del rey, donde cristianos y hebreos convivían de forma pacífica, hasta que en el siglo XIX pasó a ser parte de Cracovia (de hecho, esta isla ya no existe y se ha fusionado también físicamente con la ciudad), en la parte trasera de la colina de Wawel).
El momento más terrible de este barrio llegó durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el gobierno de Hitler ordenó confinar a todos los judíos del barrio en el Gueto de Cracovia, obligando a esta comunidad una vez más a cruzar el Vístula y estar separados por el río de la que era su ciudad.
Tras esta marcha obligatoria, el barrio quedó abandonado y obtuvo fama de ser un lugar repleto de vagabundos y mala gente. Gracias al rodaje de “La lista de Schindler” Kaziermiez recobró su vitalidad y actualmente es un lugar de moda, lleno de bares y restaurantes con un marcado carácter bohemio.
Sinagogas de Kazimierz
En todo este lugar todavía se respira la importancia de esta religión, y encontramos 7 sinagogas, de las cuales únicamente una continúa dedicada al culto. Entre ellas destaca la Sinagoga Vieja, construida en el Siglo XV (lo que la convierte en la más antigua de Polonia); la Sinagoga Remuh, todavía en activo y con un cementerio bastante bien conservado y la Sinagoga de Isaac, considerada una de las más bellas de la ciudad debido a su interior de estilo barroco.
Sinagoga de Isaac (Cracovia, Polonia) |
Muy cerca de la Sinagoga Vieja encontramos el Museo Judío Galicia, un memorial a las víctimas del Holocausto donde se muestran fotografías de la población judía de Cracovia y los lugares donde fueron cometidas algunas de las mayores atrocidades de la historia de la humanidad.
Si nos dirigimos hacia el oeste llegaremos hasta un antiguo almacén de tranvías que hoy en día acoge el Museo de Ingeniería Urbana, donde muestran la evolución del transporte público y el automóvil en el país y algunas piezas antiguas.
Basílica del Corpus Christi
Desde aquí nuestra ruta nos lleva hasta la Basílica del Corpus Christi, signo de la buena convivencia entre ambas culturas de la que ya hemos hablado. Se trata de uno de los templos más grandes de la ciudad, restaurado minuciosamente para recuperar todo el esplendor de su arquitectura gótica y barroca. Destacan especialmente el trabajo de la sillería del presbiterio, el púlpito en forma de barca o su gran órgano, con un tamaño acorde al del edificio que lo acoge.
Basílica del Corpus Christi (Cracovia, Polonia) |
Para terminar la visita a este barrio es imprescindible acercarnos al Museo Etnográfico de Cracovia, un edificio renacentista que nos mostrará maquetas, reconstrucciones, dibujos, fotografías, mobiliario y otras piezas de interés para conocer en profundidad la cultura polaca y su forma tradicional de vida.
Gueto de Cracovia
Llegados a este punto, si cruzamos a la otra orilla del río nos adentraremos en el barrio de Podgórze, donde el gobierno nazi ubicó el Gueto de Cracovia, una pequeña ciudad donde confinaron a unas 15.000 en tan solo 30 calles. El muro, macabramente construído con forma de lápidas judías, aislaba a la población judía del resto de la ciudad, encerrándoles aquí hasta que fueran seleccionados y llevados a campos de concentración cercanos.
Estas selecciones se llevaban a cabo en la Plaza Bohaterów, donde hoy en día podemos encontrar el monumento de las sillas, que recuerda a todas estas personas, un homenaje de el director de cine Roman Polanski, quien también tuvo que luchar para sobrevivir en Podgórze durante su niñez.
Gueto de Podgórze (Cracovia, Polonia) |
Uno de los lugares más destacados de este barrio es la Farmacia del Águila. Regentada por un polaco no judío que decidió quedarse en este lugar, se convirtió en un lugar donde los presos del gueto recibían comida, ayuda médica y noticias del exterior. Tadeus Pankiewicz, su dueño, también ayudó a numerosos judíos a escapar a través de un falso tabique ubicado en su farmacia. Hoy en día, esta farmacia se ha convertido en un museo donde se recuerda el importante papel que tuvo en la historia de la ciudad y las barbaridades que sufrieron los judíos tras los muros del gueto.
También destaca la fábrica de Oskar Schindler, mundialmente conocida por la película de Spielberg, lugar donde se dio cobijo a numerosos judíos que se encontraban en el Campo de Concentración de Plaszow. Gracias al esfuerzo de este empresario y a su inversión económica, más de 1.200 personas salvaron su vida, por lo que hoy en día la fábrica acoge un museo donde se relata la historia de la ciudad durante la ocupación nazi a través de imágenes, sonidos y reconstrucciones de estos años.