Nuestro Paseo por el Rin nos lleva hasta Friburgo de Brisgovia (Freiburg am Breisgau en alemán), una pequeña ciudad considerada por muchos la capital de la Selva Negra.
Lo primero que notamos al acercarnos a Friburgo es su ambiente mágico, repleto de elegantes edificios y con pequeños canales de agua que atraviesan la ciudad. Además, el ambiente estudiantil que se respira por las calles le da un encanto único a la ciudad. ¿Quieres saber más de Friburgo? ¡Sigue leyendo!
¿Dónde está Friburgo?
Lo primero, como siempre, es situar nuestro próximo destino en el mapa. Friburgo de Brisgovia está situado al suroeste de Alemania, en la región de Baden-Wurtenberg. A tan solo un paso encontramos la frontera con Francia (con localidades como Mulhouse o Colmar a menos de 60 km de distancia) y con Suiza (siendo Basilea la ciudad más cercana). Nos encontramos en pleno corazón de la Selva Negra, una zona repleta de naturaleza y belleza que bien merece una visita de, al menos, una semana. Haz las maletas y prepárate para disfrutar de un viaje que combina a la perfección relax, cultura y naturaleza.
¿Qué ver en Friburgo?
Friburgo es uno de esos lugares en los que perderse y dejarse llevar es todo un placer. Al ser un lugar pequeño, te aconsejamos guardar el mapa y dejar que sean tus pies y tu intuición quienes te guíen. ¿Quieres saber qué lugares no puedes perderte en Friburgo? ¡Te dejamos nuestra selección!
Catedral de Friburgo
Seguramente el rincón más conocido y fotografiado de Friburgo es su Catedral (Freiburger Münster), un impresionante templo gótico construido entre los años 1120 y 1513 en diferentes fases, lo que llevó a una mezcla de estilos que configuran su imagen actual. Lo primero que vemos, ya desde lejos, es su espectacular torre de 116 metros de altura y forma de pirámide octogonal (considerada en muchos documentos la más bella de la cristiandad). Al acercarnos a su entrada principal, no podemos evitar sorprendernos con la preciosa portada gótica: una maravilla policromada repleta de personajes bíblicos. Además, tuvimos la suerte de llegar cuando el sol estaba incidiendo directamente sobre ella, creando un efecto mágico como podéis ver en la foto. ¿Recuerdas alguna catedral o iglesia más que todavía conserve este colorido? ¡Nosotros no!
Por supuesto, es imprescindible acceder al interior y disfrutar de las hermosas vidrieras de época medieval. Especialmente en días soleados, llenan de color toda la catedral dándole una iluminación muy especial. Te recomendamos también prestar también atención a las bellísimas esculturas que la decoran, dotadas de un realismo espectacular y en las que se cuida hasta el más mínimo detalle.
Historisches Kaufhaus y Rathausplatz
Volviendo al exterior, justo al lado de la Catedral de Friburgo, encontramos el Historisches Kaufhaus, un curioso edificio de grandes almacenes de nada más y nada menos que el siglo XVI. ¿Curioso, verdad? Es muy fácil reconocer este edificio, gracias a su fachada de color rojo con arcadas en la planta baja y las torrecillas que se alzan a ambos lados. En su fachada destacan las esculturas de los Kaisers de la Casa De Habsburgo, así como los escudos de diversos territorios que les pertenecían.
Nuestro paseo por Friburgo nos lleva hasta el número 30 de la Münsterplatz, donde encontramos, rodeado de edificios históricos, la casa natal de Johann Christian Wentzinger. Este edificio acoge actualmente en su interior el museo de historia de la ciudad, por los que en su interior encontramos diversos objetos expuestos que narran la historia de Friburgo desde el Siglo XIV hasta el presente.
Para finalizar nuestro recorrido por el casco antiguo de Friburgo nos dirigimos hasta los dos ayuntamientos de la ciudad: el Antiguo (Altes Rathaus), que actualmente alberga la Oficina de Información y Turismo, y el Nuevo (Neues Rathaus), un edificio renacentista reformado donde reside un carrillón que atrae a numerosos visitantes cada día a las 12:00. ¡Ponte una alarma para no perdértelo! Además, de camino podrás disfrutar de bellos edificios como la Haus zum Walfisch (Casa de la Ballena), un edificio de estilo gótico tardío con una llamativa fachada también de color rojo que actualmente alberga oficinas del gobierno.
Al otro lado de la plaza encontramos el Teatro Wallgraben, un bello edificio de arquitectura típica donde destacan las arcadas de su planta baja y el reloj situado sobre una balconada siempre repleta de flores.
Distrito de la Universidad
Cruzando la Rathausgasse llegamos a la zona universitaria, un barrio que mezcla edificios más modernos con otros llenos de historia. Además, se trata de uno de los lugares más animados de la ciudad, siempre repleto de estudiantes (tanto locales como Erasmus) que lo llenan de vida.
En esta zona podemos destacar el Uniseum , un edificio de color rosa con una interesante exposición acerca de la Universidad de la ciudad. A su lado, encontramos la Universitätskirche (Iglesia de la Universidad), un templo perteneciente al Colegio de los Jesuitas donde destaca, principalmente, un impresionante órgano en su interior y su bella fachada también rosada.
En nuestro paseo tomamos la Bertoldstraße, que nos lleva directos hasta Bertoldsbrunnen, un curioso monumento en pleno centro histórico de la ciudad donde convergen las 4 líneas de tranvía y tres de las principales calles de Friburgo. Esta situación privilegiada lo convierten en un punto de reunión habitual de la población local.
Martinstor y Agustinermuseum
Desde este curioso monumento vemos, al final de la calle Kaiser-Joseph-Straße, cómo se asoma la Martinstor, un vestigio de las primeras murallas de la ciudad y la torre más antigua conservada. Esta construcción, del siglo XIII, se caracteriza por las altas agujas que la coronan, contrastando su color verde con el blanco de la fachada. Como curiosidad, te gustará saber que la torre adquirió su aspecto actual durante el siglo XX, momento en el que se decidió hacerla más alta para que siguiera destacando entre los edificios que la rodeaban, cada vez más elevados.
Llegado este momento tomamos rumbo hacia el Schlossberg, lugar donde se encuentra el castillo. Durante el recorrido encontraremos el Agustinermuseum, una exposición de arte imprescindible debido a su forma de disponer las obras y a su preciosa arquitectura y vidrieras. En algunas ocasiones, este lugar es escenario de conciertos de piano y música clásica, haciendo su visita todavía más interesante. ¡No olvides consultar la agenda por si tienes suerte!
Schlossberg
Para finalizar el día, decidimos dirigirnos al Schloss Berg, el monte sobre el que se alzaba el castillo (del que únicamente quedan ruinas). Existen dos modos de llegar hasta allí: recorriendo alguno de los numerosos senderos existentes, o tomando el funicular que parte desde el Stadtgarten.
A los pies del Schlossberg encontramos la Schwabentor, otro vestigio de la antigua muralla de la ciudad de especial valor defensivo debido a su ubicación. Se trata de una construcción más moderna y menos impresionante a nivel arquitectónico que la que hemos visitado anteriormente, aunque comparte con la Martinstor el color blanco de sus muros.
Rápidamente llegamos hasta nuestra meta y comprobamos que, a pesar de la mala conservación del castillo, la visita es casi imprescindible debido a las preciosas vistas que podemos disfrutar desde allí (comparables con las del Neroberg en Wiesbaden o con el Monte Merkur en Baden-Baden). Desde estas alturas podremos observar el Kaiserstuhl (literalmente, Silla del Emperador), un volcán inactivo en la actualidad pero totalmente recubierto de viñedos debido a la fertilidad de sus tierras.
Al atardecer, la puesta de sol convierte este lugar en un rincón lleno de magia y romanticismo perfecto para las parejas que quieran disfrutar de un momento especial.
Curiosidades de Friburgo
A lo largo de toda la ciudad podemos encontrar los Bächle, pequeños “riachuelos” o canales artificiales creados para abastecer la ciudad de agua que recorren el centro de las calles peatonales, refrescando la ciudad y siendo lugar de juego para niños (y no tan niños). Una actividad típica es comprar un barquito de colores en un negocio cercano a la catedral y dejarlo navegar por los Bächle mientras los niños corren detrás de ellos persiguiéndolos, creando un ambiente muy distendido y alegre que llena al visitante de felicidad. También es típico ver a gente refrescándose sin pudor los pies durante los días más calurosos, fomentando la imagen de paz y relax de la ciudad.
Sin quitar la vista del suelo también descubrimos que en la puerta de algunos comercios hay mosaicos en el suelo que representan la actividad comercial de ese local, otra peculiaridad de la ciudad que hace que recorrer sus calles y descubrirla poco a poco sea todavía más especial.
De hecho, el mejor modo de terminar la visita por esta ciudad si dispones de tiempo es dejarse llevar y descubrir los pequeños rincones a menudo olvidados por los turistas: las calles del antiguo barrio de pescadores, las pequeñas plazas en las que todavía se respira el ambiente y la tranquilidad de antaño… dejando en el visitante una sensación total de paz y armonía con una ciudad que lleva siglos cautivando a todo el que se acerca hasta ella.
¿Qué ver cerca de Friburgo de Brisgovia?
Como te decíamos, Friburgo está en pleno corazón de la Selva Negra, una región mágica que nos tiene cautivados desde que la conocimos por primera vez. Para nosotros, la mejor forma de recorrerla es en coche, ya que será la mejor forma de llegar a todos los rincones. Si no fuera una opción posible, os recomendamos contratar alguna excursión que os lleve fuera de la ciudad para conocer la parte más natural de la Selva Negra y alrededores (por ejemplo, Alsacia y Haut Königsburg o Gegenbach, Triberg y el Lago Titisee).
Alsacia: Colmar, Riquewihr y Haut Königsburg
Cualquier visita a la Selva Negra debería estar acompañada de una visita a Alsacia, situada a apenas 50 km de Friburgo. Y, por supuesto, es imposible hablar de Alsacia sin hablar de Colmar, conocida por muchos como «el pueblo de la Bella y la Bestia». Sus calles empedradas, sus canales, sus casas de entramado… crean en conjunto un ambiente mágico que parece sacado de un cuento de hadas. ¿Quieres saber todo lo que puedes visitar aquí? ¡En nuestro post de Colmar te lo contamos en detalle!
Colmar se visita fácilmente en una mañana, por lo que si quieres completar tu visita te recomendamos recorrer otros pueblos de la región como Riquewihr, Ribeauvillé o Kayserberg. Aunque, en realidad, cualquier pueblecito en el que quieras hacer una parada te sorprenderá.
También te recomendamos visitar el Castillo de Haut Königsburg, una fortaleza bellísima situada sobre una colina que ofrece unas vistas espectaculares de toda la región.
Mulhouse
Otra ciudad alsaciana que no te puedes perder (aunque sea menos conocida que las anteriores es Mulhouse. Situada al sur de la región, es otro de esos lugares que te invita a pasear y perderse por sus calles. Sin duda, su centro neurálgico es la plaza de la reunión, donde encontramos (entre otros) la catedral y el ayuntamiento.
Triberg
Si lo que buscas es naturaleza no te puedes perder Triberg, situado a apenas 60 km de Friburgo. Este diminuto pueblecito es la puerta de acceso a unas famosísimas cascadas accesibles para prácticamente todo el mundo. Aparca el coche en el pueblo y, a tan solo unos pasos, encontrarás el acceso a las mismas. Puedes limitarte a visitar las cascadas o aprovechar para dar un paseo por los senderos que las rodean. Sin duda, es una forma fácil y cómoda de conocer la parte más natural de la Selva Negra y de sentirte envuelto en toda su belleza.
A pesar de que se ha vuelto (en nuestra opinión) un destino muy enfocado al turista (no hay más que ver los ositos colgando de las fachadas en la calle principal), todavía es posible encontrar su esencia en rincones como el Bergsee o los alrededores de la Iglesia Maria in der Tanne. También es interesante acercarse a conocer el Museo de la Selva Negra (Schwarzwaldmuseum) para conocer mejor las tradiciones e historia del lugar.