Hoy viajamos hasta Palmanova, una de las ciudades renacentistas italianas por excelencia, considerada como “La Ciudad Perfecta”.
De hecho, al contrario que muchas otras, Palmanova fue diseñada de principio a fin por Vincenzo Scamozzi, un famoso arquitecto y artista que ideó tanto el diseño de sus calles como los edificios que las componen.
Retomando la visita a Salzburgo donde la dejamos, en la Abadía de San Pedro, cualquier paseo hacia el centro de la ciudad os conducirá a Kapitelplatz, uno de los centros neurálgicos de Salzburgo que concentra gran parte de sus monumentos. Lo primero que os llamará la atención es una fuente blanca del siglo XVIII que muestra a Neptuno sobre un caballo-pez, todo ello coronado con el escudo de armas del Arzobispo Firmian, quien dió la orden de construirla.
Salzburgo se sitúa en medio de los Alpes, a 150 km de Munich y 300 km de Viena, rodeada de montañas que le añaden todavía más belleza a sus estrechas calles llenas de historia. No en vano, nos encontramos ante una ciudad Patrimonio de la Humanidad, por lo que no es de extrañar que un simple paseo nos transporte en el tiempo y nos haga sentir que en cualquier rincón podemos cruzarnos con su habitante más conocido, Mozart.
Hoy nos desplazamos hasta uno de los secretos mejor guardados del sur de Inglaterra: Bath, una pequeña ciudad-balneario declarada Patrimonio de la Humanidad.
Como ya vimos con Wiesbaden y con Karlovy-Vary, en las ciudades termales todo gira en torno a su mayor tesoro: el agua termal.
Hoy descubriremos una ciudad muy especial para mí, ya que es a la que debo mi nombre. Un lugar deshabitado desde hace siglos pero lleno de encanto: Medina Azahara. Según la leyenda, el rey Abderramán III mandó construir esta ciudad palatina para dedicársela a Azahara, su favorita. En 2018 la UNESCO reconoció el valor único de esta gran ciudad nombrándola Patrimonio de la Humanidad. ¿Quieres conocerla?
Hoy visitamos San Gimignano, conocido popularmente como la “Nueva York Medieval” gracias a sus altas torres que recuerdan el skyline de Manhattan. Un pequeño pueblo amurallado fundado por los etruscos y punto de parada de los peregrinos que viajaban hacia Roma durante siglos.