¿Alguna vez has oído hablar de Alarcón? Un pequeño pueblo medieval que presume de su imponente castillo situado sobre un peñasco, rodeado de las hoces del Júcar. Un lugar de esos que debemos recorrer con calma para disfrutar de sus calles y sus gentes, dejándonos sorprender por la historia que oculta. ¿Te animas a conocerlo?
¿Dónde está Alarcón?
Nuestro destino de hoy se sitúa en Castilla La Mancha, en la comarca de la Manchuela. Su privilegiada ubicación, estratégica a medio camino entre Valencia y Madrid, se debe claramente a las características geológicas del lugar. Alarcón se alza sobre un gran peñasco rodeado de una gran hoz del río Júcar (el mismo que nos deleitó en Cortes de Pallás), lo que le proporcionaba unas defensas naturales extraordinarias.
Un poco de historia de Alarcón…
Como puedes imaginar, esta situación tan privilegiada y con claras ventajas defensivas hizo que en estas tierras se asentaran distintos pobladores desde tiempos inmemoriales. Por ello, la historia del Castillo de Alarcón es la historia de la propia población. Los restos arqueológicos demuestran la presencia de asentamientos íberos y romanos, aunque si alguien marcó un antes y un después en la historia de Alarcón fueron, sin duda alguna, los musulmanes.
No es de extrañar que esta tierra fuera testigo de numerosas y cruentas batallas, en las que el objetivo principal era este privilegiado castillo. La fortaleza no pasaría a manos cristianas hasta 1184, cuando las tropas de Alfonso VIII asediaron la fortaleza durante nada menos que nueve meses. Las leyendas más épicas narran que Fernán Martínez de Ceballos, capitán que lideró estas tropas, cansado ya del asedio, escaló con ayuda de dos dagas la torre del homenaje del Castillo de Alarcón. Al alcanzarla, dio muerte a los centinelas y echó una escalera para que sus tropas pudieran penetrar estos gruesos muros. Como recompensa por su valerosa acción, el rey le otorgó el privilegio de tomar el nombre de la villa por apellido, creando el nuevo linaje Martínez de Alarcón.
Apenas diez años después de esta gesta, y tras varias remodelaciones que ampliaron y reforzaron la fortaleza, ésta pasó a manos de la Orden de Santiago por orden del rey Alfonso VIII. Pero, por supuesto, su historia no termina ahí. Durante siglos el Castillo de Alarcón pasó de mano en mano, siendo el hogar de personajes tan célebres como Don Juan Manuel (autor de El Conde Lucanor y abuelo de Juan I de Castillo), Pedro I de Castilla, Enrique II de Castilla o Juan Pacheco, entre otros.
Con el paso del tiempo, el Castillo de Alarcón quedó abandonado y en riesgo de derrumbe, pasando a ser propiedad de don Rafael Lázaro Álvarez de Torrijos en 1863, quien lo compró por la cantidad de 20.000 reales. La fortaleza quedaría en manos de la familia durante apenas 100 años, siendo expropiada por el gobierno español en 1963 para convertirlo en Parador Nacional. Si queréis saber más sobre la historia de la ciudad, como siempre te recomendamos contratar una visita guiada. ¡Es la mejor manera de conocer todos sus secretos!
¿Qué ver en Alarcón?
Mirador de Alarcón
Nuestra primera parada la encontramos justo antes de llegar al pueblo, al lado de la carretera que nos conduce hasta él. Desde aquí podremos vislumbrar el Castillo de Alarcón alzándose imponente con la hoz del Júcar a sus pies.
La Torre de los Alarconcillos
También, a la derecha de la fortaleza, la Torre de los Alarconcillos (también llamada Torre de Alarconcillo), una construcción defensiva que data de finales del Siglo XIII / principios del Siglo XIV. La Torre, con una curiosa estructura formada por una parte central flanqueada por cuatro pequeñas torres y coronada por una torre cilíndrica central más grande, se encuentra en un estado de conservación más que aceptable. Pero el mayor atractivo de este lugar no es esta torre… ¡Presta atención a las impresionantes vistas panorámicas de Alarcón que obtendrás desde aquí! Sin duda, desde aquí disfrutarás de la mejor vista del castillo rodeado del Júcar. Si te gustan las rutas senderistas que combinan vistas panorámicas con visitas al patrimonio histórico, te recomendamos seguir esta ruta que te llevará hasta esta torre, recorriendo otros puntos de interés.
Castillo de Alarcón
El nombre de esta población ya nos hace intuir el principal atractivo que encontraremos en ella: Alarcón, «la fortaleza» en árabe. Como has podido ver en el apartado anterior, la historia de Alarcón es la historia de su imponente castillo.
En la actualidad, esta fortaleza acoge el Parador de Alarcón, lo que dificulta muchísimo poder visitarlo. Por desgracia, solo podrás recorrer su interior si te alojas en él o si decides contratar una visita guiada.
La leyenda del castillo
Pero estos muros no esconden únicamente historias de caballeros y reyes. También leyendas tenebrosas en las que amor y muerte se enlazan de forma trágica. Los ancianos del lugar cuentan que aquí vivía una hermosa joven, hermana del señor del castillo, perseguida por numerosos pretendientes. Uno de ellos, señor de tierras vecinas y famoso por su mala vida, trató de pedir la mano de la joven en varias ocasiones, siendo repelido por los vasallos del rey en todas ellas.
Tal era la obsesión que tenía con esta doncella que planificó detenidamente el asesinato del señor del castillo para secuestrar a su bella hermana. Pero los rumores llegaron a oídos de la víctima, que alertó a todos sus sirvientes del peligro que le rodeaba. Un día, un desconocido llegó con la intención de reunirse con él, y cuando se abalanzó contra el señor del castillo para arrebatarle la vida fue repelido y asesinado. Tras darle muerte, los criados mezclaron su cuerpo con la argamasa empleada en unas obras que estaban realizando en ese mismo momento. Como resultado, si prestas atención a parte de los muros que rodean el castillo encontrarás numerosas manchas negras y rojas que no son otra cosa que su sangre.
Plaza del Ayuntamiento de Alarcón
Seguimos recorriendo las callejuelas de este pueblecito sin rumbo fijo y nos encontramos con la Plaza del Ayuntamiento (oficialmente, Plaza del Infante don Juan Manuel), de un tamaño más que considerable (especialmente teniendo en cuenta el tamaño de Alarcón).
Es imposible no imaginar cómo serían las verbenas del pueblo hace décadas, antes de que la desplobación azotara Alarcón con fuerza. También es imposible no sentirse atraído por el gran árbol que encontramos en uno de sus rincones, que nos invita a sentarnos a su sombra para recobrar fuerzas.
Desde aquí sentados podemos vislumbrar el edificio del Ayuntamiento, fácilmente reconocible por las banderas que ondean sobre la arcada de su fachada. Trata de eliminar mentalmente los coches de la imagen (si es que los hay durante tu visita) y sentirás que estás viajando en el tiempo. Para nosotros resulta casi imposible no imaginar a las señoras hablando en la plaza con la compra en la mano, o a los hombres volviendo después de un duro día de trabajo en el campo, deseando disfrutar de una bebida en el bar mientras se juntan con sus vecinos. ¡Qué tiempos aquellos!
Plaza del Infante D. Juan Manuel e Iglesia de San Juan Bautista (Alarcón, España) |
Iglesia de San Juan Bautista
Nuestra próxima parada es, seguramente, uno de los atractivos más sorprendentes de todo Alarcón: La Iglesia de San Juan Bautista. Lo más interesante de este lugar no es el templo, desacralizado desde hace décadas, sino las pinturas murales que adornan sus muros. En 1994, el artista Jesús Mateo comenzó a bocetar la que se convertiría en una de sus obras más famosas: los conocidos como Murales de Alarcón.
Al entrar en el edificio es imposible no asombrarse con la atmósfera única que se respira en él. Una mezcla magistral entre arte clásico y contemporáneo, en el que se reflejan temas más recurridos como los orígenes de la vida, la bóveda celeste o la presencia del hombre en la tierra, desde una perspectiva poco habitual. Sin duda, una visita atrevida que no gustará a todo el mundo pero que, indudablemente, no deja indiferente a nadie.
Otras Iglesias de Alarcón
Sorprende ver el gran número de iglesias con el que contaba la población a pesar de su reducido tamaño. Una de ellas es la Parroquia de Santa María, la más cercana al castillo. Construida en el siglo XVI sobre el anterior templo románico, destaca por su fachada. ¿No te recuerda a un arco del triunfo romano? ¡Además decorado con un retablo de piedra en su parte más interior! Al atravesar los muros de la iglesia, otro retablo (en este caso de madera policromada) vuelve a llamar nuestra atención. Su magistral mezcla artística entre Plateresco y Renacimiento lo convierten en uno de los más importantes de la región.
Parroquia de Santa María (Alarcón, España) |
Muy cerca de aquí se encuentra la Iglesia de Santo Domingo de Silos, hoy auditorio y sala de exposiciones. Esta iglesia fue desde el inicio la más austera de Alarcón, pero todavía hoy en día conserva varios detalles que la hacen especial. Quizás la más sorprendente es su bóveda triangular, que todavía mantiene restos de policromía o la antigua sacristía.
¿Qué ver cerca de Alarcón?
Si os gusta la naturaleza no os podéis perder las diferentes rutas diseñadas para recorrer las hoces del Júcar, adentrándoos en el paisaje característico de la zona y pudiendo admirar las murallas y el castillo de Alarcón desde otra perspectiva diferente a la habitual.
También podéis aprovechar para visitar poblaciones cercanas como Motilla del Palancar o Castillo de Garcimuñoz, entre otras.
Alarcón se puede visitar fácilmente en una sola mañana, por lo que se puede hacer una excursión de un día si no lo tenéis lejos de casa o aprovechar para visitar otros pueblecitos rurales de la zona.
Por último, recomendamos informarse de los horarios y días de apertura de los monumentos, ya que en días laborables sólo es posible visitarlos con una visita guiada que recorre toda la localidad.
¿Conoces ya Alarcón? ¡Cuéntanos tu experiencia!