Retomamos la visita a Baden-Baden desde el cruce de la calle Kaiseralle con el Lichtentaler Allee, el parque del que hablábamos. En primer lugar, a la izquierda, encontraremos el Teatro, un edificio de mediados del siglo XIX de estilo neobarroco francés similar a la Ópera de París, considerado uno de los teatros más bellos de Alemania. En su fachada principal encontramos diversas estatuas mostrando alegorías de las artes, medallones con los dramaturgos alemanes más célebres y el escudo de Baden.
En el interior del edificio encontramos una decoración neo-rococó que combina los colores rojo y dorado y que nos trasladará a otra época en la que los teatros eran el entretenimiento favorito de los veraneantes en Baden-Baden, derrochando lujo y elegancia. Si te gusta la música clásica, no dudes en consultar el programa y aprovechar alguna representación para visitarlo. ¡La música es un idioma universal!
Balneario de Baden Baden: Kurhaus, Casino y Trinkhalle
Cruzando la calle en dirección al parque encontraremos el famoso Kurhaus, donde nos recibe una fachada de estilo clásico llena de columnas que de seguro nos recordará al Kurhaus de Wiesbaden. Una de las mayores delicias del lugar es pasear por sus inmaculados jardines, dejando de lado las preocupaciones del día a día y sintiendo de inmediato que una sensación de relax nos invade.
Kurhaus de Baden-Baden (Baden-Württenberg, Alemania) |
En el interior del edificio encontramos el Casino de la ciudad, considerado por Marlene Dietrich el más bello del mundo. Su estética nos dará la sensación de encontrarnos dentro un palacio francés, ricamente decorado. Para entender los motivos de tanto lujo debemos saber que Baden Baden, y en especial su casino, era lugar de reunión de nobles y gente poderosa de todo el mundo que veraneaba aquí para beneficiarse de las propiedades curativas de sus aguas termales. Por tanto, los edificios de la ciudad debían estar a la altura de las expectativas y el poder de sus visitantes.
Casino de Baden-Baden (Baden-Württenberg, Alemania) |
Al final del parque encontramos otro de los principales atractivos de la ciudad: El Trinkhalle. Se trata de una impresionante galería cubierta donde encontraremos, a un lado, una hilera de de columnas corintias y, al otro lado, numerosas pinturas murales que hacen de este recinto un pequeño museo al aire libre. Aquí se encuentra la fuente Friedrichsbad, de unos 17.000 años de antigüedad, donde los visitantes hacen cola para probar las aguas medicinales de la ciudad. Aquí también encontramos la Oficina de Información y Turismo, donde podemos acercarnos para que nos ayuden a planear nuestro viaje.
Trinkhalle de Baden-Baden (Baden-Württenberg, Alemania) |
Si volvemos hacia el Teatro y tomamos la calle Werderstraße en dirección hacia las afueras de Baden-Baden encontraremos a unos 750 metros el Rosenneuheitengarten, un precioso jardín repleto de más de 400 variedades de rosas perfecto para pasear o sentarse un rato a descansar antes de retomar el camino de regreso al centro de la ciudad.
Lichtentaler Allee e Iglesia Rusa
Por supuesto, no podemos terminar nuestra ruta en un lugar que no sea Lichtentaler Allee, el pulmón verde de la ciudad. Se trata de un parque histórico de más de 2 km de longitud junto al río Oos repleto de preciosos puentes, mansiones de familias pudientes y maravillosos hoteles a la vez que disfrutamos de sus bellos jardines y rosales.
A su lado encontramos una la calle que comparte nombre con el parque. Lichtentaler Strasse, una de las calles comerciales por excelencia de Baden-Baden repleta de tiendas de lujo. Recorriendo esta calle llegaremos hasta la Iglesia Rusa, un templo ortodoxo de estilo bizantino que vuelve a recordarnos la gran similitud de esta ciudad con Wiesbaden. Desde lejos nos invitará a acerarnos su brillante cúpula dorada, y una vez dentro nos recibirán unos bellos frescos de temática religiosa que adornan su interior.
Lichtentaler Allee (Baden-Baden, Baden-Württenberg) |
En el extremo contrario del Lichtentaler Allee encontramos el Kloster Lichtental, un convento cistercense de origen medieval que permite al visitante alojarse en su interior y participar en la vida diaria de las monjas que aquí viven, colaborando (si lo desea) en las tareas del jardín y acudiendo a la Liturgia y Eucaristía como uno más. Un lugar perfecto para aquellos que buscan una experiencia diferente.
Termas de Caracalla
Regresando al punto de partida, si nos dirigimos hacia el este, encontraremos las Termas de Caracalla, un balneario en funcionamiento donde poder relajarse después de un día duro de visitas rodeados de columnas de mármol y cubiertos por un gran cúpula de cristal. Por tan solo 15 € podremos disfrutar durante hora y media de las propiedades curativas de estas aguas que han atraído multitud de visitantes durante siglos, disfrutando a la vez de la belleza del edificio y sintiendo como una sensación de relajación absoluta nos envuelve. Además, si te alojas en Baden Baden puedes disfrutar de un descuento en las termas presentando la tarjeta que te darán al abonar la tasa turística. ¡No tienes excusa para no relajarte en un lugar maravilloso!
Termas de Caracalla (Baden-Baden, Baden-Württenberg, Alemania) |
Monte Merkur
Un lugar perfecto para acabar el día y la visita es el Monte Merkur, situado relativamente cerca de la ciudad. Para llegar hasta la cima, puedes recorrer alguno de los senderos que suben hasta ella o coger el funicular (el Merkurbergbahn). En tan solo 5 minutos te encontrarás en lo alto de la montaña y podrás observar las preciosas vistas, todavía más impresionantes al anochecer. El funicular sale cada 15 minutos entre las las 10:00 y las 22:00, por lo que no hay excusa para perderse estas maravillosas vistas panorámicas y relajarse en el césped, pasear por los distintos senderos o simplemente quedarse fascinado ante tanta belleza. Nosotros optamos por coger el funicular sólo para subir y bajar tranquilamente, disfrutando de uno de los senderos que llevaba de vuelta al parking. En mi opinión, es una manera perfecta de disfrutar de la naturaleza de la Selva Negra si no queremos hacer una ruta demasiado larga o pesada.
Vista de Baden Baden desde el Monte Merkur (Baden-Württenberg, Alemania) |
2 Comentarios
Lupe schicfer
Es un viaje que quisiera hacer antes de morir,solo porque me siento parte de la selva negra que mi padre me enseñó a amar,y nunca fuí, es una sensación rrara,como ese amor platonico nunca consumado…..
Mis Destinos Pendientes
La verdad es que la Selva Negra es un destino maravilloso, ¡seguro que tu padre la visitó y se enamoró de ella como nosotros! No desistas, seguro que pronto puedes hacerlo realidad 😉