¿Te imaginas visitar un antiguo palacio romano todavía habitado? ¿Recorrer lugares que ya recorrió hace siglos una familia imperial romana? ¡Eso es posible en Split! Esta ciudad Patrimonio de la Humanidad se creó a partir del antiguo Palacio de Diocleciano, del que todavía podemos visitar parte. ¡Sigue leyendo si te animas a descubrirlo!
Antes que nada… ¿Dónde está Split?
Split está situada en Croacia, a unos 230 km al norte de Dubrovnik y unos 90 km al sur del Parque Nacional de Krka (mucho más cercano que el famoso Parque Nacional de Plitvice, a casi 500 km de aquí). A pesar de ser mucho menos conocido, las cascadas y paisajes de este paraje natural no tienen nada que envidiarle a su hermano más mediático.
Pero volvamos a Split. Esta ciudad de la Costa Dálmata (conocida como Spalatum en época romana), es la segunda más grande de Croacia. Split se encuentra ubicado muy cerca de diferentes islas del Adriático: Hvar (la más larga del Adriático), Brac (famosa por sus playas) y Solta (con numerosos yacimientos arqueológicos que se remontan incluso a la prehistoria).
Lo más curioso de Split es que, pese a estar rodeada por tres lados por mar, disfruta de tres montañas que lo abrazan: Mosor al noreste, Kozjak al noroeste y el Monte Marjan al oeste, muy cerca del casco histórico. ¡Una ciudad llena de contrastes!
¿Qué debo tener en cuenta para visitar Split?
Seguramente lo más importante que debes tener en cuenta si planeas viajar a Split (o a cualquier otra ciudad de Croacia) es su moneda. A pesar de formar parte de la Unión Europea la moneda oficial no es el euro. Por ello, deberás hacerte con algunas Kunas o tener a mano tu tarjeta de crédito.
Por el contrario, debido a su status de miembro europeo, sí que está incluido dentro de la lista de países sin roaming. ¿Qué quiere decir esto? Que con tu teléfono español podrás conectarte a internet y llamar como si estuvieras en casa. Eso sí, conviene que llames a tu compañía telefónica antes de partir para comprobar que tienes el roaming activado y que no tienen ninguna cláusula que lo limite.
¿Qué ver en Split en 1 día?
Si dispones de poco tiempo para conocer la ciudad te recomendamos que contrates una visita guiada por Split (o, si lo prefieres, el Free Tour). ¡Es la mejor manera de aprovechar el tiempo para no perderte ningún imprescindible! Si nos sigues desde hace tiempo ya sabrás que a nosotros nos gusta perdernos por las ciudades y callejear todo lo posible, pero cuando el tiempo escasea no dudamos en coger esta opción para disfrutar al máximo cada ciudad. ¡Desventajas de querer ver muchas cosas en poco tiempo! Por si decides hacerlo por libre seguiremos la ruta recomendada por la Oficina de Turismo. ¡Mira el mapa para no perderte!
¿Eres fan de Juego de Tronos? A lo largo de esta ruta descubrirás muchos rincones que seguro que te suenan, ya que Split (junto con otros rincones de Croacia) fue uno de los lugares elegidos para rodar la serie. Así que, si quieres sentir que eres uno de los personajes, ¡mantén los ojos bien abiertos!
Palacio de Diocleciano
Como no podía ser de otra manera, empezamos nuestra visita por el lugar donde se originó la ciudad: El Palacio de Diocleciano. Como puedes ver en esta reconstrucción, este enorme palacio (de nada menos que 37.000 metros cuadrados) estaba dividido en cuatro partes, unidas por dos calles principales. En el sur se encontraban las estancias dedicadas al emperador, así como espacios para acoger las ceremonias religiosas y gubernamentales. Por su parte, la zona norte estaba dedicada a la guardia imperial. Murallas de dos metros de espesor y 24 metros de altura rodeaban esta colosal edificación.
¿Quién fue Diocleciano?
Diocleciano fue un emperador que gobernó Roma entre los años 284 y 305. Si por algo se hizo famoso Diocleciano fue por la gran persecución contra los cristianos, la mayor y más sangrienta del imperio. También por ser el primero en dejar voluntariamente su cargo para retirarse y pasar los últimos años de su vida en su palacio de Split y el último en autoproclamarse deidad.
Cuatro puertas permitían la entrada y salida de esta fortaleza. Cada una de ellas toma el nombre de un metal. Por ello, tenemos la Porta Aurea (de oro, al norte de la ciudad, la más importante de las cuatro por su conexión terrestre), Aenea al sur (de bronce), Ferrea al oeste (de hierro) y Argentea al este (de plata, situada muy cerca del Mausoleo del emperador).
¿Quieres ver el tamaño real del palacio dentro del Split actual? Simplemente mira un mapa de la ciudad que te hemos dejado antes ¿Ves ese cuadrado perfecto cruzado por dos calles al más puro estilo romano? ¡Ahí lo tienes! Impresiona ver lo grande que era, ¿verdad?
Tras la caída del imperio romano, la gente que habitaba cerca se trasladó a su interior, empezando la transformación del palacio en ciudad. Sin duda, los gruesos muros eran la protección perfecta para unos habitantes que necesitaban protegerse de los eslavos. A lo largo de los siglos estos residentes del palacio lo fueron adaptándolo a sus necesidades. A pesar de estas modificaciones, la estructura del palacio romano todavía se conserva bien visible. No en vano, nos encontramos ante uno de los monumentos romanos mejor conservados del mundo. ¡Todo un tesoro para los amantes de la historia como nosotros!
Catedral de San Domnius (San Duje)
Empecemos por lo que originariamente fuera el Mausoleo del Emperador Diocleciano: la actual Catedral de Split. Construida alrededor del año 305, se considera la catedral católica más antigua del mundo todavía en uso. Como ya te decíamos antes, Diocleciano persiguió de forma feroz a los cristianos. Dos de los mártires más reconocidos por esta persecución fueron San Anastasius y San Domnius, a quien se consagra en la actualidad este templo. ¡Ironías de la historia!
De hecho, fueron los creyentes católicos quienes decidieron no destruir el antiguo mausoleo del emperador y transformarlo en catedral. Este cambio de uso dejó como resultado una curiosa mezcla de elementos que hacen única la Catedral de Split.
Pero fijémonos en los restos que todavía quedan de la época romana… Presta atención a la cornisa que recorre el octágono exterior. En ella encontrarás una representación en relieve de la caza de Eros (dios del sexo y la fertilidad) junto a diversas máscaras y cabezas humanas; además de dos medallones que (según los arqueológos) muestran el retrato de Diocleciano y su esposa Prisca. Fíjate también en la cúpula octogonal. ¿La imaginas recubierta por mosaicos, tal y como estaba en la antigüedad?
Por desgracia, la lucha de los cristianos contra el paganismo acabó con muchos elementos que acababan de configurar este mausoleo. Entre ellos la pieza principal del mismo, el sarcófago de Diocleciano.
En cambio, si hablamos de los elementos cristianos de la Catedral de Split no podemos dejar de mencionar la elaborada puerta de nogal, con 14 escenas de los apóstoles talladas en ella. Tampoco el púlpito hexagonal del Siglo XIII, construido en pórfido verde. ¿Te lo imaginas completamente dorado, tal y como era originariamente? Aunque, sin duda, una de mis piezas favoritas es el sarcófago. Fíjate en el gran nivel de detalle de los relieves. ¡Impresionante!
Por último, no queremos dejar de mencionar el campanario. Si quieres obtener una de las mejores vistas de la ciudad, no dudes en recorrer las escaleras de esta obra del Siglo XIII. ¡Seguro que no te arrepientes! Eso sí, ten en cuenta que los muros están bastante abiertos, por lo que no te lo recomendamos si tienes miedo a las alturas.
Peristilo
Nuestra siguiente parada es el Peristilo, uno de los rincones más fotografiados de Split. Un peristilo es, resumiendo mucho, un recinto rodeado de columnas. En las casas romanas era el patio interior, generalmente ajardinado, alrededor del cual se ubicaban las partes más importantes del hogar.
En concreto, alrededor del Peristilo de Split se situaban varios templos (tal y como iremos viendo). Pero prestemos a este rincón tan especial la atención que merece… Lo primero que nos llama la atención son sus grandes columnas rojizas, construidas en este color para enfatizar la función ceremonial de este espacio. ¿Sabías que aquí recibía el emperador a sus súbditos? Éstos, al acercarse, se postraban ante él y besaban el borde de su manto.
Fíjate en la mezcla de elementos de distintas épocas, especialmente en el lado occidental. ¿No te parece curioso el modo en que casas góticas y renacentistas cierran este patio romano? Además, si te fijas bien, verás que todavía quedan algunos elementos decorativos del antiguo palacio. Sin duda alguna, el más destacado de todos ellos es una de las esfinges del faraón Tutmosis III que el emperador trajo desde Egipto (luego te presentaremos alguna otra).
Vestíbulo
Seguimos nuestro paseo dirigiéndonos hacia el mar. Nada más salir del Peristilo no podemos evitar llevar la mirada hacia el cielo. ¡Menuda cúpula se abre sobre nuestras cabezas! Nos encontramos en el vestíbulo del palacio, una construcción de planta circular (aunque exteriormente es cuadrangular) que servía de entrada a los salones imperiales.
Algunos manuscritos nos cuentan cómo era en el Siglo XVI: una monumental construcción de blancas paredes coronada por una cúpula recubierta por un mosaico.
Sótanos del Palacio de Diocleciano
Nuestra próxima parada se encuentra al final de la calle, junto a la Puerta Aenea: los sótanos del palacio. Si lo prefieres, también puedes acceder a ellos desde la escalera del Peristilo, pero nosotros decidimos hacerlo así para no perdernos nada de lo que hay en la superficie. ¡Nunca sabes qué puedes encontrar!
Tal y como accedemos al interior sentimos que estamos ante uno de los complejos mejor conservados de este tipo en todo el mundo. ¡Nunca antes habíamos estado en un sótano romano! (al menos, siendo conscientes de ello).
Estos almacenes son, estructuralmente, idénticos a los apartamentos imperiales. Por ello, te invitamos a hacer un ejercicio de imaginación para reconstruir cómo eran los salones imperiales. ¿Te imaginas a Diocleciano paseando por un lugar así?
A lo largo de la historia estos sótanos han tenido numerosos usos: zona residencial, prensa de aceite y vino, fosa de desechos… En la actualidad el uso es mucho más cultural, acogiendo exposiciones, obras de teatro y muchos otros eventos. También encontramos tiendecitas donde poder comprar recuerdos o productos de artesanía local.
Porta Aenea
Por supuesto, no íbamos a pasar de largo la Porta Aena (también llamada Porta Meridionalis). Se cree que en época romana esta puerta estaba bañada por el mar, tal y como atestiguan los bloques de piedra impermeables. Además, se trata de una entrada más pequeña que las otras tres, que conectaba los sótanos del palacio directamente con el mar. Esto era muy importante, ya que permitía huir por mar en caso de invasión al palacio. ¡Lo tenían todo pensado!
Riva (Paseo Marítimo) de Split
Seguimos el itinerario recomendado por la Oficina de Turismo y llegamos al Riva, el paseo marítimo de Split. Nos encontramos en el centro social de la ciudad, una zona peatonal repleta de bares y restaurantes que invitan a sentarse mientras se disfruta de las vistas. A un lado podemos ver, por supuesto el mar; mientras que al otro podemos deleitarnos con la fachada meridional de Palacio de Diocleciano.
Porta Ferrea
El tiempo apremia y nos dirigimos a nuestra próxima parada, la Porta Ferrea (Puerta de Hierro), situada en el extremo oeste de la ciudad. Esta antigua entrada es un fiel reflejo de la historia de la ciudad. El relieve de la diosa Nike fue demolido para grabar, en su lugar, una cruz cristiana. También sobre ella se construyó una pequeña iglesia con un precioso campanario románico. Como curiosidad, el espacio interior de la puerta fue utilizado durante la Edad Media como palacio de justicia, y hasta hace relativamente poco acogió diversas tiendas.
En mi opinión, la Porta Occidentalis (como también se la conocía) es uno de esos rincones en los que vale la pena detenerse y ver las huellas que cada periodo histórico ha ido imprimiendo, tanto en ella como en los edificios aledaños. Fíjate en el bello reloj renacentista que lleva siglos marcando el ritmo de la ciudad. ¿No ves nada curioso en él? Si te fijas bien te darás cuenta de que cuenta con el doble de números que los relojes habituales.
Tampoco pierdas de vista el edificio que encontramos justo a su lado. Muchos consideran que este palacio es uno de los palacios más bellos de todo Split, seguramente debido a las arcadas que decoran sus ventanas.
Templo de Júpiter
Si callejeas un poco, muy cerca del Mausoleo, encontramos el antiguo Templo de Júpiter. Este templo, dedicado al principal dios de la mitología romana (padre de dioses y de hombres, incluido Diocleciano) de planta rectangular se encuentra situado sobre un podio. Ante él encontramos otra de las esfinges de granito que Diocleciano trajo de Egipto. Aunque no se encuentre completamente conservada sí que nos recuerda el poder que llegó a tener este emperador y el antiguo Imperio Romano.
Al igual que otros edificios de la ciudad, con el tiempo se transformó en Baptisterio, y se construyó una cripta dedicada a Santo Tomás. Si tienes la oportunidad fíjate en el relieve que representa al rey croata. ¡Se considera que es la representación escultórica medieval más antigua de un monarca europeo! En general es un templo sencillo, aunque el trabajo de la piedra es impresionante, tanto en las bóvedas (con representaciones florales y geométricas) como en otros elementos de menor tamaño.
Porta Aurea
Nuestra siguiente parada dentro de los restos del Palacio de Diocleciano de Split es la Porta Aurea, la antigua entrada norte a la ciudad. Por aquí fue por donde el emperador entró en su palacio por primera vez en el año 305. De hecho, sólo se permitía que el emperador y su familia la atravesaran.
Esta puerta se caracteriza por su forma rectangular y su fachada decorada con nichos. Frente a ella encontramos la estatua de Grgur Ninski, emblema de la ciudad que representa al obispo que introdujo las misas en idioma local. ¡Recuerda tocarle el dedo gordo del pie! Según la leyenda, este simple gesto te traerá suerte. El Cardo Maximus originario, una de las arterias de la ciudad desde sus inicios, está repleta de tiendecitas y rincones con encanto (además, por supuesto, de turistas).
Porta Argentea
Por último descubrimos la entrada este de la ciudad: la puerta de plata (o Porta Orientalis en tiempos romanos). Por ella pasó el Papa Juan Pablo II cuando visitó la ciudad en el año 2000, a pesar de haber estado cerrada durante siglos.
Pese a su austera decoración, los restos de dos torres octogonales aportan un toque especial al conjunto. De aquí partía el Decumano, recorriendo la ciudad de este a oeste, también lleno de tiendas en la actualidad.
Pjaca (Plaza del Pueblo)
Llegamos a uno de nuestros rincones favoritos fuera del antiguo Palacio de Diocleciano: la Pjaca, la plaza del pueblo. Nos encontramos en la primera parte habitada de Split fuera de las murallas del Palacio y, durante siglos, el centro neurálgico de la ciudad. Alrededor de la plaza encontramos los palacios en los que vivían las familias nobles de Split, así como el Café Central, lugar de encuentro de intelectuales.
Presta atención al edificio del Antiguo Ayuntamiento, una construcción decorada de forma delicada y austera, protagonizada por unos arcos de inspiración gótica. Un pequeño puente (con una capilla en su interior) lo une con el palacio adyacente. Esta edificio, que en la actualidad acoge exposiciones de artistas locales, es el único resto que queda de un antiguo complejo que incluía el Palacio del Rector, la cárcel y un teatro.
Plaza de los Hermanos Radić (Plaza de la Fruta)
Muy cerca de aquí encontramos la conocida popularmente como Plaza de la Fruta. Como ya imaginarás por el nombre, desde hace décadas este ha sido el lugar elegido para situar el mercado de fruta y verdura, creando por las mañanas un ambiente animado y lleno de color.
Lo primero que nos llama la atención de esta plaza es la torre octogonal, recordatorio de una antigua fortaleza veneciana del Siglo XV. También un palacio del Siglo XVII, situado justo frente a ella, que puede presumir de ser uno de los mejores ejemplos de arquitectura barroca de toda Dalmacia.
¿Te preguntas quien es el señor de la estatua? Te presentamos a Marko Marulić, uno de los pensadores e intelectuales más importantes del Siglo XV y ciudadano célebre de Split.
Prokurative (Plaza de la República)
Para llegar a nuestra próxima parada debemos recorrer la Riva en dirección oeste hasta llegar a una gran plaza: la Plaza de la República de Split. Esta gran plaza se caracteriza por el color rojizo de los edificios neo-renacentistas que la rodean, decoradas con arcos que nos recuerdan a la Plaza de San Marcos de Venecia. Una vez en la plaza no olvides mirar hacia el sur. ¡Seguro que te encanta ver estos arcos enmarcando el mar al fondo!
Colina Marjan
Seguramente un día no te dará más de sí, pero si todavía dispones de tiempo para seguir visitando la ciudad te recomendamos que te pongas calzado cómodo y subas hasta la Colina Marjan. En un paseo de cerca de media horita desde el centro de Split llegarás hasta lo más alto de la colina. Una vez allí, abre bien los ojos y disfruta de las que, en nuestra opinión, son las mejores vistas panorámicas de la ciudad y de las islas cercanas.
Esta colina es un remanso de paz para toda la población local, que acude aquí cuando busca un poco de naturaleza y tranquilidad. En esta colina encontrarás también diversas ermitas y pequeñas iglesias que nos recuerdan que, tiempo atrás, esta colina fue el centro espiritual y lugar de peregrinación de la ciudad de Split.
Museos de Split
Si tienes la intención de visitar Split en un día, lo primero que debes tener claro es que no vas a tener tiempo de visitar todos sus museos. ¡Siempre hay que priorizar cuando el tiempo escasea! De todos modos, hemos querido dejarte un pequeño resumen de los museos más importantes para que puedas personalizar tu visita y no te quedes en lo que todo el mundo visita.
Museo de Juego de Tronos
Como ya te hemos dicho, Split fue escenario del rodaje de Juego de Tronos, por lo que no es de extrañar que hayan abierto un museo dedicado a la serie.
El museo, de 300 metros cuadrados, dispone de 5 salas temáticas que hacen que te sumerjas en el ambiente medieval de la serie, gracias a su decoración y a las esculturas de personajes y dragones. También encontrarás diversos elementos y vestuario de la serie, por lo que si eres fan es un imprescindible.
En nuestro caso, al no serlo decidimos dedicar el (escaso) tiempo que teníamos para visitar otros rincones de Split, por lo que no podemos decir si la visita realmente vale la pena o no. ¡Déjanos un comentario si lo has visitado y cuéntanos qué tal!
Galería de Bellas Artes
Esta pequeña pinacoteca acoge una muestra de arte dedicada especialmente a artistas croatas. En su colección encontramos tanto obras «tradicionales» (siendo las más antiguas del Siglo XIV) como de arte moderno y contemporáneo, por lo que es un buen modo de ver la evolución artística en el país.
Museo Arqueológico de Split
Bien es cierto que este museo se encuentra un tanto alejado del centro, pero te aseguramos que es por un buen motivo. El museo cuenta con una colección que incluye piezas que se remontan a la prehistoria, así como relativas a la época Greco-helenística, romana, de los primeros cristianos y medieval. Si visitas el museo, no olvides salir al exterior y visitar su lapidarium. ¡Te aseguramos que encontrarás alguno de sus mayores tesoros allí! Si disfrutas de varios días en la región, te recomendamos que visites también las ruinas romanas de Salona, a unos 10 km del museo.
¿Qué ver cerca de Split si tengo más tiempo?
Croacia es un destino fascinante, por lo que si dispones de más tiempo en Split te recomendamos que aproveches para hacer alguna excursión y conocer mejor el país. Aquí te dejamos únicamente unas pocas opciones, ¡pero hay muchísimas! Nuestra recomendación es que leas acerca de ellas y te decantes por las que más te inspiren.
Como te decíamos al principio del post, Split está situada muy cerca del Parque Nacional de Krka. Si te gusta la naturaleza y los paisajes repletos de agua y vegetación esta visita debería ser imprescindible para ti. ¡Lleva contigo el bañador! Además de hacer senderismo por el parque, si el tiempo lo permite también podrás darte un chapuzón en el río que da nombre al parque. Por supuesto, Plitvice o las cascadas Kravice son otras buenas opciones, pero en nuestra opinión las horas de transporte necesarias hacen que no sean la mejor opción. ¡Pero depende de ti y del tiempo que tengas!
En el ámbito cultural, destaca sin duda alguna hacer una excursión a Dubrovnik, la conocida como «perla del Adriático». ¿Hace falta decir algo de esta ciudad? Adentrarse en sus murallas es viajar en el tiempo, recorriendo su casco histórico Patrimonio de la Humanidad. Además, es otro de los escenarios de Juego de Tronos, por lo que se considera parada obligatoria para los fans.
Pero ya sabéis que a nosotros no nos gusta quedarnos únicamente con los lugares más famosos y conocidos. Por ello, si dispones de suficiente tiempo, también te recomendamos visitar las pequeñas islas de Brac y Solta, de las que ya te hemos hablado anteriormente. También Trogir y Klis, situadas a menos de 30 km de Split. Adéntrate en la fortaleza medieval de Klis y disfruta de unas fantásticas panorámicas y recorre las pintorescas calles de ambas localidades para conocer Croacia más allá del antiguo Palacio de Diocleciano. Descubre también Omiš, a unos 25 km de distancia, un pueblecito bañado por el Adriático y lleno de acantilados. Si lo visitas, no te pierdas su fortaleza incrustada en la montaña y con unas vistas que te dejarán atónito. ¿Te animas a visitar todo esto? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!