Después de tanto escuchar la palabra Brujas estos días con motivo de Halloween he pensado que sería divertido hablar justo hoy de Brujas, una de las joyas de Flandes. Esta bonita ciudad medieval llena de canales y Patrimonio de la Humanidad está localizada en Bélgica.
La forma más rápida para llegar desde España es el aeropuerto de Ostende-Brujas, a unos 30 km del centro de la ciudad (aunque bien es cierto que hay mucha más frecuencia de vuelos directos si escogemos el aeropuerto de Bruselas). Se trata de una población pequeña que se puede visitar fácilmente en un día, por lo que es totalmente recomendable aprovechar el viaje para visitar otras ciudades de la región, como por ejemplo Lovaina (a menos de 40 km), Malinas (a unos 120 km) o Lovaina (a unos 130 km).
Si te decantas por la visita express en un día, te recomendamos reservar una visita guiada a Brujas para poder conocer todo sin perderte nada destacado y aprender sobre la historia de la ciudad. Si prefieres hacerlo por libre, aquí te recomendamos un pequeño itinerario.
Un buen punto de partida para visitar Brujas podría ser el Grote Markt (la Plaza Mayor) presidido por el Beltfort, una torre campanario de 83 metros de altura a la que se puede subir para admirar las extraordinarias vistas de la ciudad que ofrece, así como el mecanismo del reloj y las 47 campanas que acoge. La plaza está también llena de edificios arquitectónicamente muy ricos, que datan de entre los siglos XV y XVII que dotan de especial belleza a este rincón de la ciudad.
Edificios en el Grote Markt (Brujas, Bélgica) |
Justo al lado del Grote Markt podemos visitar la Plaza del Burg, también rodeada de bellos edificios que la hacen única. Aquí encontraremos el Stadhuis, el Ayuntamiento de la ciudad, de finales del siglo XIV y del que destaca su Salón Gótico, con pinturas murales y bóvedas prolicromados (4€ por persona, incluyendo también la visita a la colección de documentos originales y piezas de arte). Además, en la planta baja se puede encontrar una exposición multimedia sobre la ciudad totalmente gratuita. De vuelta a la plaza, encontraremos la Basílica de la Santa Sangre, que consta de dos capillas, una románica en la planta baja sobre la que se construyó la gótica, ricamente decorada con pinturas murales. En la plaza del Burg tampoco os podéis perder el edificio renacentista del Registro Civil o el Franconato de Brujas.
Interior del Ayuntamiento (Brujas, Bélgica) |
Si salimos de la plaza a través del callejón del Burro Ciego (uno de los rincones medievales mejor conservados de la ciudad) llegaremos al mercado del pescado, un lugar siempre lleno de gente y, un poco más adelante, encontraremos el Rozenhoedkaai (Muelle del Rosario), antiguo muelle de mercancías y uno de los lugares más fotografiados de Brujas. Desde aquí, es totalmente recomendable realizar un paseo en barco por los canales, obteniendo una vista muy diferente a la habitual de los edificios que componen la ciudad.
Si continuamos nuestro paseo por la orilla del canal llegaremos al Museo Groeninge, que realiza un repaso de la historia del arte belga desde el siglo XV hasta la actualidad. Aunque el museo es pequeño, contiene obras de gran importancia artística e histórica como la Virgen del canónigo Van der Paele de Jan Van Eyck o el tríptico del Bautismo de Cristo de Gérard David. Al final de la calle se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora (actualmente en restauración y parcialmente cerrada), de la que destaca a primera vista su torre de 123 metros (la más alta de la ciudad), aunque su obra más importante está en su interior, la escultura “Virgen con el Niño” de Miguel Ángel, enmarcado en un ambiente que combina elementos góticos, barrocos y rococós que hacen de esta iglesia un lugar único. Rodeando la iglesia también podremos visitar el puente de San Bonifacio, un pequeño puente que junto al parque Hof Arents dota este rincón de la ciudad de un aire totalmente romántico.
Iglesia de Nuestra Señora (Brujas, Bélgica) |
Muy cerca de la iglesia de Nuestra Señora se encuentra el otro edificio religioso principal de Brujas: la Catedral de San Salvador, el primer templo de ladrillo de Bélgica, donde se pueden contemplar bellos tapices y pinturas de artistas flamencos; así como el Sint-Janshospitaal, (8€ por persona) el hospital más antiguo de Europa que ha llegado hasta nuestros días, donde se pueden visitar colecciones de arte, instrumentos médicos, documentos…
Un poco más alejado del centro encontramos la zona del Beguinaje, dominado por casitas blancas y amplios jardines, el hogar de un grupo de mujeres que siglos atrás quisieron vivir ayudando a los más necesitados. Este entorno, junto con el Minnewater (el Lago del Amor, donde según la leyenda se conocerá el amor eterno al cruzar el puente del Minnewater con su amante) hacen del sur de Brujas un lugar perfecto para descansar y dar un paseo romántico para reforzar tan hermosa leyenda.
Si pensáis pasar más de un día en Brujas o visitar gran parte de los museos y monumentos de la ciudad, puede ser interesante la tarjeta turística que se ofrece, que incluye las entradas a la gran mayoría de reclamos turísticos de la ciudad y descuentos para muchas excursiones, tiendas de museos y otros lugares de los alrededores de la ciudad así como una guía turística de Brujas.
Como último consejo me gustaría recordar que Bélgica es el paraíso del chocolate, por lo que si sois golosos valdrá la pena guardar un hueco en la maleta para los dulces, así como reservar tiempo para visitar el Choco-Story, el Museo del Chocolate, para conocer la historia de este dulce tan preciado.
Si en vuestro viaje os queda tiempo, también podéis visitar el pueblecito Damme en un paseo en barco desde Brujas, donde a parte del casco histórico podréis observar diversos molinos, edificios medievales, casas, granjas y unos maravillosos paisajes.