10 parques naturales de España que nos han enamorado

Como ya sabrás si nos sigues en redes sociales, desde hace un tiempo estamos intentando acercarte la naturaleza a casa para que puedas llevar esta situación lo mejor posible. Por ello, hemos pensado hacer un pequeño recopilatorio de 10 destinos o parques naturales que nos han enamorado.

Antes de empezar, queremos dejar claro que este listado no es un listado de los mejores (¡no podríamos escoger solo 10!) ni están ordenados por orden de preferencia. Simplemente es un pequeño recopilatorio de los primeros destinos que nos han venido a la mente por la experiencia que tuvimos al visitarlos. ¿Quieres saber cuales son? ¡Sigue leyendo!

L’Albufera de Valencia

Este parque natural es, sin duda alguna, uno de los lugares favoritos de los valencianos para disfrutar de bellísimos atardeceres. Si por algo se caracteriza este humedal es por su marjal, repleta de campos de arroz, así como por el lago que se sitúa en el centro del parque. En él es habitual ver turistas realizando paseos en barca, pero si lo visitáis en el momento adecuado también podréis ver competiciones de Vela Latina.

En nuestra opinión, el lugar ideal para comenzar la visita al parque es el Racó de l’Olla, el centro de interpretación. Sube a su torre para obtener una panorámica impresionante y recoge información sobre las rutas que puedes hacer, adentrándote entre los pinos hasta llegar a la playa. Hace un tiempo ya te hablamos de esta maravilla natural, por lo que si quieres saber más te invitamos a leer nuestro post sobre L’albufera de Valencia.

Ordesa y Monte Perdido

Nuestro siguiente paraje natural se encuentra en Huesca, en pleno Pirineo Aragonés. Pasear por sus pueblecitos, como Torla o Bielsa, es toda una delicia. Pero más aún lo es llegar hasta la Cascada de Soaso (muchas veces conocida como Cola de Caballo) o refrescarte en las Gradas de Soaso. Se trata de una ruta relativamente sencilla y apta para toda la familia (¡yo misma la hice por primera vez siendo una niña!).

Sin necesidad de salir de la zona delimitada por el Parque Nacional también encontramos el Cañón de Añisclo, una inmensa grieta creada por la acción del río Bellós y repleta de cascadas que llenan de belleza el paraje.

¡Si empezamos a hablar de todos los rincones con encanto del parque no acabamos nunca! Por ello, te invitamos a visitar el post acerca de Ordesa y Monte Perdido que publicamos hace tiempo. ¡Seguro que te enamoras tanto como nosotros!

Aigüestortes y Lago San Mauricio

Seguimos nuestro recorrido y llegamos hasta la provincia de Lleida para visitar el Parque Nacional de Aigüestortes y Lago San Mauricio, un bello paraje de origen glaciar.

Situado en el corazón del Pirineo Catalán, este parque ofrece al visitante un paisaje similar al anterior, repleto de altas cumbres, ríos, barrancos y cascadas. Si buscas una ruta sencilla para realizar en familia no puedes perderte el conocido como Planell d’Aigüestortes, un pequeño recorrido circular de apenas 1,50 km que atraviesa parte del parque natural. Se trata de una ruta muy sencilla y cómoda que se realiza sobre distintas pasarelas de madera. A lo largo del camino descubrirás distintas cascadas, lagos y riachuelos que alimentan este paraje. Además, la ruta está adaptada para personas en silla de ruedas, por lo que nadie tendrá que renunciar a disfrutar de estos maravillosos paisajes.

Pero sin duda, nuestra ruta favorita es la de los Siete Lagos, mucho más larga y complicada pero también más bella y gratificante. A lo largo del recorrido, tal y como su nombre indica, encontramos distintos lagos que, combinados con el resto del paisaje, nos regalan unas maravillosas vistas de esas que tanto nos gusta disfrutar sin prisas.

Tampoco puedes perderte el Lago San Mauricio, la otra parte del parque nacional y uno de los rincones más fotografiados. Aunque se trata de un lago artificial, el entorno y la facilidad para llegar hasta él lo convierten en uno de los rincones favoritos de los excursionistas. Además, desde aquí parten varias rutas que te permiten conocer otros lugares llenos de belleza, como la Cascada de la Ratera.

Picos de Europa

Seguimos visitando el norte de España y nos dirigimos hasta la Cordillera Cantábrica. En concreto, visitamos el Parque Nacional de los Picos de Europa, situado en un entorno natural privilegiado entre Asturias, Cantabria y León.

Al igual que Ordesa y Monte Perdido, este parque se caracteriza por sus altas cumbres (en muchos casos superiores a los 2.500 m). Uno de sus rincones más conocidos son los Lagos de Covadonga, cuya ruta se extiende a lo largo de, aproximadamente, 3 km hasta el Mirador del Príncipe, desde el que se obtiene una preciosa panorámica. Además, es muy habitual cruzarte por el camino con multitud de vacas y algún que otro animal. El famoso Santuario de Covadonga es también un rincón imprescindible. En ella se encuentra el sepulcro de Don Pelayo, primer monarca del Reino de Asturias. También el conocido como El Pozón, un estanque situado justo debajo de la Santa Cueva que, junto a la cascada formada en muchas ocasiones, acaba de configurar la imagen más popular del lugar.

Otro de los rincones de los Picos de Europa más visitados es el Mirador de Fuente Dé, accesible de forma muy sencilla a través de un teleférico. Desde el punto de llegada del teleférico parten dos rutas que permiten recorrer este sector del parque.

Fragas do Eume

Nuestra próxima parada se sitúa en La Coruña, entre las localidades de As Pontes de García Rodríguez, Pontedeume y Montero. Nos vamos hasta las Fragas do Eume, el conocido como el último bosque atlántico, un profundo cañón creado por el río del mismo nombre que se caracteriza por su abundante manto vegetal, un bosque virgen dominado por helechos y robles.

El lugar más habitual para empezar la visita es Pontedeume, un pequeño municipio costero a medio camino entre La Coruña y Ferrol. También a través del Monasterio de Caaveiro, un lugar de retiro y culto situado en el término municipal de A Capela. Para llegar hasta él en los meses de verano o durante la Semana Santa deberás tomar el autobús-lanzadera que recorre los 5 km hasta el monasterio (o, recorrer esta distancia a pie disfrutando del paisaje).

Este complejo románico del Siglo X se componía de diversos edificios, algunos ya desaparecidos. Uno de ellos es el viejo molino, un lugar de obligada visita si buscas un rincón lleno de paz y tranquilidad en el que descansar y desconectar del día a día.

Sea cual sea tu punto de partida, seguir alguno de los 8 senderos que recorren el parque es obligatorio. Infórmate acerca de su dificultad y longitud y elige la que más se adapte a ti. ¡O varias de ellas! Dirígete hasta el Mirador de A Carboeira si quieres la mejor panorámica de los meandros del río. También puedes cruzar alguno de los puentes colgantes que atraviesan el Eume durante tus caminatas para sentirte todo un aventurero. ¡O hacerlo todo!

Selva de Irati

Ponemos rumbo al norte de Navarra para descubriros otro de los parques naturales de España que nos tienen enamorados. La Selva de Irati, situada en la cabecera del río que le da nombre, es un extenso bosque hayedo-abetal de más de 17.000 hectáreas de superficie. Se considera uno de los mejor conservados de Europa, solo por detrás de la famosísima Selva Negra alemana. ¡Y está en España! (bueno, entre España y Francia para ser exactos ?)

El estado prácticamente virgen de este paraje lo convierten en un hábitat casi inmejorable para la fauna local. Dentro del parque podemos encontrar quebrantahuesos, petirrojos, ciervos, zorros, jabalíes… entre muchas otras especies.

Pero seguro que te estás preguntando cuáles son los mejores sitios para disfrutar de Irati. Probablemente uno de ellos es el Embalse de Irabia, una presa artificial incrustada en el bosque (especialmente bella en otoño, cuando los distintos tonos marrones, rojizos y amarillos llenan el lugar de color). Muy cerca de él encontramos un mirador que ofrece una vista panorámica de la zona. ¡La mejor manera de apreciar la inmensidad de esta selva!

Si te gusta conocer mejor la historia y la forma de vida ligada a este lugar, te recomendamos el sendero Errekaidorra. A lo largo del paseo encontrarás paneles explicativos que narran cómo se utilizaban antaño los recursos naturales de la región, cómo se extraía esta riqueza, la flora y fauna que la puebla… Sin duda, un gran museo al aire libre.

En la Selva de Irati también encontramos restos arqueológicos que bien merecen una visita, como la estación megalítica de Azpegi o la torre romana de Urkulu, memorial de la incorporación de la Galia e Hispania al imperio. Una ruta de algo más de 5km nos lleva hasta ellos para enseñarnos que… ¡No podrían haber elegido un lugar con mejores vistas!

Caldera de Taburiente

Una vez recorrida la península nos dirigimos hacia las islas, muchas veces olvidadas cuando hablamos de conocer España. Nuestra primera parada se localiza en pleno corazón de la isla de La Palma: también apodada la isla bonita. ¿A qué se debe este nombre? Si viajas hasta ella pronto lo descubrirás. Se trata de un remanso de paz, una isla sin grandes ciudades en la que la naturaleza ha logrado mantener el control.

En el centro de la isla encontramos la imponente Caldera de Taburiente, un antiguo cráter de 7 km de diámetro, completamente cubierto por vegetación. Además, en su interior el parque esconde una gran cantidad de recursos hídricos, que forman distintos riachuelos y cascadas que lo llenan de vida. ¡Tenemos pendiente un post hablando de ello!

Si dispones de poco tiempo, dirígete al Mirador de la Cumbrecita (es necesario reservar plaza de aparcamiento con antelación para poder entrar al recinto). Desde allí podrás ver la magnitud de la caldera al completo, apreciando claramente su tamaño y belleza. Además, desde este mirador parten distintas rutas que te permitirán conocer el parque con mayor profundidad.

En la parte más norte de la caldera encontramos el Roque de los Muchachos, el punto más alto de la isla. Allí se sitúa el observatorio astronómico, uno de los más completos del mundo. De hecho, la Isla de la Palma es un destino Starlight, debido a la gran calidad de sus cielos para la observación de estrellas. ¡Todo un espectáculo natural!

Garajonay

Seguimos en las Islas Canarias conociendo parques naturales españoles. En concreto, nuestra próxima parada se encuentra en la isla de La Gomera: el parque Nacional de Garajonay.

Este bosque de laurisilva es de los mejor conservados y más grandes de Canarias (de hecho, congrega la mitad de este tipo de vegetación en todo el archipiélago). Un buen lugar para empezar la visita puede ser el Centro de Visitantes Juego de Bolas (¡bonito nombre!), importante punto de información del parque. Aquí no solo encontrarás información turística sobre los senderos que recorren Garajonay (dieciocho en total), sino también un museo etnográfico y una gran maqueta de la isla. Disfruta de la vegetación que encontrarás en el jardín del propio centro de visitantes, acércate a alguno de los numerosos miradores para disfrutar de una bella panorámica del entorno…

Seguramente una de las cosas que más te costará es elegir qué rutas hacer. ¡Nunca hay tiempo para disfrutar de todo! Si buscas algo corto y sencillo puedes realizar la ruta de Los Barranquillos o la de la Laguna Grande I, ambas de menos de 1km de longitud. Si buscas algo un poco más exigente (o, al menos, en el que tengas más tiempo de disfrutar del paseo), puedes recorrer el Raso de la Bruma y Risquillos de Corgo, descubriendo un denso bosque completamente cubierto de musgo y líquenes.

Pero si lo tuyo es el senderismo y estás acostumbrado a andar, tu mejor elección quizás sea la ruta número 18 (Pajarito – El Cedro – Tajaqué – Pajarito). Esta ruta, de casi 13 km de longitud, es la más larga de todo el parque y también la que más rincones visita. A lo largo de ella podrás disfrutar de los distintos tipos de bosque que componen Garajonay, ¡en un mismo día!

Serra de Tramuntana

Por último volamos hasta Mallorca para presentarte una de las joyas naturales de España: la sierra de Tramontana. No en vano, este paraje se ha ganado la mención de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco gracias a su paisaje agrícola. Los principales elementos que le han hecho merecedor de este honor son sus construcciones de piedra en seco y sus canalizaciones de agua, básicas en cualquier paisaje de este tipo.

La Serra de Tramuntana se sitúa en el lado noroeste de la isla, siendo Valldemosa y Sóller sus poblaciones más famosas. Si te cansas de hacer senderismo o buscas un poco de variedad en tus vacaciones, te recomendamos coger el Tren de Sóller. Se trata de un ferrocarril histórico de madera que une esta población con Palma, dejando que disfrutes del paisaje mallorquín sin ningún esfuerzo ni preocupación.

Si visitas el parque no olvides pasar por el Cabo Formentor, un precioso rincón en el que mar y montaña se dan cita. Asómate al Mirador es Colomer para tener una de las vistas más impresionantes de la isla. ¡No te arrepentirás!

Y recuerda…