Hoy viajamos hasta Wiesbaden, una ciudad balneario Alemania muy poco conocida pero que bien merece una visita si se está visitando la zona del Rin. ¡Sigue leyendo si quieres conocer todos los detalles!
¿Dónde está Wiesbaden?
Wiesbaden es la capital de Hesse, un estado federal localizado al oeste de Alemania. Si alguna ciudad de este estado destaca entre las demás es, sin duda alguna, Frankfurt (situada a unos 40 km de distancia al este). ¿Quieres saber por qué la capital es Wiesbaden y no Frankfurt? El motivo se remonta al final de la Segunda Guerra Mundial, momento en el que nació Gran Hesse y se tuvo que elegir una ciudad como capital. Antes de la guerra, Frankfurt era ya una ciudad grande y relevante, con el centro histórico medieval más grande del país. Por desgracia, la ciudad fue el escenario de una cruenta batalla que duró cuatro días y quedó devastada casi por completo. Por ello, cuando los aliados tuvieron que decidir qué ciudad sería capital de Hesse recurrieron a la segunda en tamaño: Wiesbaden.
Al contrario que en otras ciudades, el centro histórico de Wiesbaden no se encuentra bañado por el Rin, sino a unos km de él. En su lugar, a orillas del río, encontramos Biebrich, un barrio famoso por su palacio y jardines.
Tan solo necesitamos cruzar el imponente Rin para conocer Maguncia (Mainz en alemán), ciudad natal de Gutenberg y cuna de la imprenta. Remontando el río podemos visitar otras ciudades famosas de Alemania, como Rüdesheim, Bonn o Colonia.
¿Qué ver en Wiesbaden en 2 días?
Empezamos recorriendo la ciudad por su casco histórico, la parte más antigua y en la que encontraremos las fuentes termales que le dieron la fama. A pesar de que los romanos ya estuvieron aquí, no esperes grandes edificios milenarios. Aunque Wiesbaden no fue una de las ciudades más afectadas, un tercio de la ciudad fue devastado por las bombas aliadas.
Kurhaus
Comenzaremos nuestra ruta desde el centro neurálgico de la ciudad y el principal motivo de su desarrollo: el Kurhaus. Nos encontramos ante el antiguo balneario y actual casino de la ciudad. Es imposible pasar por delante y no detenerse a admirar su fachada neoclásica. Sobre las columnas podemos leer Aquis Mattiacis (las aguas de los Matiacos), en honor a la tribu germana que luchó en el siglo I contra los romanos (para luego convertirse en su aliado).
Es imposible no hablar de la antigua Roma mientras recorremos el Rin. En estas tierras se vivieron duras batallas en las que las tropas romanas intentaban conquistar más allá de los límites marcados por el río. Para no hacer la historia demasiado larga, te daremos un simple dato que te ayudará a comprender la presión bélica que se vivió aquí. Como acabamos de decir, aquí vivía una tribu germana dispuesta a defender su territorio. En la orilla oeste, únicamente separados por el río, se encontraba Moguntiacum, actual Mainz. Dos territorios enemigos únicamente separados por un río. Aunque la batalla empezó siendo favorable para los Matiacos, finalmente tuvieron que firmar un tratado de paz que causó la progresiva romanización del territorio. Por ello, estamos en uno de los pocos territorios de Alemania que los romanos llegaron a pisar.
Pero volvamos al Kurhaus… Como decíamos, este bello edificio es en la actualidad el casino de Wiesbaden. En su interior se realizan multitud de eventos sociales, por lo que la importancia dentro de la ciudad es indudable. No tengas miedo de atravesar sus puertas y, aunque no entres al casino, disfruta de la preciosa cúpula del edificio y de su refinada decoración de inspiración romana.
Kurpark
Ninguna visita a Wiesbaden está completa sin dirigirnos a la parte trasera del Kurhaus, donde se encuentra el llamado Kurpark. Como su nombre indica, nos encontramos en los jardines del antiguo balneario. Un parque enorme que invita a pasear por él y a desconectar totalmente del estrés del día a día. Rodear su lago y descubrir los diversos rincones resguardados y las estatuas que se esconden entre los árboles es todo un placer. Siéntate en alguno de los bancos a disfrutar de las vistas e, incluso, si te gusta viajar sin prisas tómate tu tiempo para leer un poco en este entorno. ¡Seguro que te relajas!
Warmer Damm y Teatro de Hessen
Como en la mayoría de ciudades balneario, los parques y zonas ajardinadas ocupan gran parte del término municipal. A tan solo unos pasos del Kurpark encontramos otro parque que creció rodeando otro lago, aunque en esta ocasión se trata de un espacio más abierto y con menos lugares donde sentarse.
Presidiendo el parque encontramos el elegante Teatro de Hessen (Hessisches Staatstheater), un elegante edificio que alberga la ópera, el teatro, el ballet y la orquesta estatal de Wiesbaden en sus cuatro escenarios. Su historia es relativamente corta aunque intensa. Wilhem I, emperador alemán de la dinastía Hohenzollern (a la que ya mencionamos cuando visitamos su castillo), era un visitante asiduo de la ciudad. Por ello, apoyó activamente que se creara un teatro de estilo neobarroco, siguiendo los modelos de Praga y Zurich. En octubre de 1894, su deseo se hizo realidad y se inauguró este edificio, que cambiaría varias veces de nombre (siendo Teatro Estatal Prusiano tras la Primera Guerra Mundial, Teatro de la Provincia de Nassau a partir de 1932, Teatro Estatal del Gran Hesse y, por fin, Teatro Estatal de Hesse).
Durante la Segunda Guerra Mundial una bomba destruyó gravemente el edificio, por lo que tuvieron que reconstruirlo. Debido a la situación económica en la que Alemania se encontraba, se restauró de manera simplificada y con pinturas modernas decorando sus techos. No fue hasta 1978 cuando el auditorio más importante de la ciudad recuperó su imagen anterior.
Un buen momento para visitar Wiesbaden y, en especial su teatro, es a finales de agosto. En este momento es cuando se celebra la fiesta del teatro con una jornada de puertas abiertas que ofrece un gran número de actividades: obras de teatro, ensayos de ballet, visitas contando todos los secretos del teatro, conciertos de música clásica… Desde luego, una gran fiesta en la que todo el mundo encontrará algo de su gusto.
Nosotros tuvimos la suerte de poder vivirla en primera persona y fue, sin duda, una experiencia maravillosa. Poder entrar en los camerinos de los actores, en los talleres donde se crean las escenografías, descubrir los secretos de los efectos especiales del teatro de la mano de sus profesionales, colarte en los ensayos del ballet… Sin duda, fue una experiencia indescriptible.
Marktkirche
Seguimos nuestro paseo por Wiesbaden y llegamos, a tan solo una calle de aquí, a Dernsches Gelände. Nos encontramos en el otro centro neurálgico de Wiesbaden. En este caso, la zona más comercial y administrativa de la ciudad. En esta plaza se sitúa cada sábado un mercado ambulante de comida, siempre lleno de gente, así como el mercadillo de navidad más importante de la ciudad.
Desde esta misma plaza, podemos ver tanto el ayuntamiento nuevo como Marktkirche, la iglesia luterana más grande de Wiesbaden, característica por su fachada de ladrillo rojo. Se trata de un templo neogótico, construido a mitad del Siglo XIX después de que la antigua iglesia medieval de St Mauritius (la más importante de la ciudad) se viera devastada por un incendio. Durante años fue el edificio de ladrillo más alto de todo el Ducado de Nassau, e incluso en la actualidad es el edificio más alto de la ciudad gracias a su torre oeste.
Su órgano, renovado y ampliado en 1982, cuenta con nada menos que 6.198 tubos. ¡Todo un espectáculo para oídos! Si te interesa la música, infórmate acerca de los conciertos que se celebran en la iglesia durante todo el año. ¡Seguro que lo disfrutas!
Como última curiosidad acerca de este edificio, nos gustaría destacar su carrillón. Lo encontramos situado a 65 metros de altura, en la torre más alta. Sus 49 campanas de bronce de entre 13 kg y 2,2 toneladas de peso (¡casi nada!) lo convierten en el más grande de Hesse. Si pasas por aquí puntual es fácil que lo escuches, ya que se acciona varias veces al día.
Kochbrunnen
¿Crees que hemos empezado fuerte la visita a Wiesbaden? ¡Pues mira lo que viene ahora! Nuestro paseo nos lleva hasta otro de los rincones curiosos de la ciudad: la plaza Kochbrunnen. Aquí podemos ver dos fuentes de las que brotan las aguas termales que han llenado de fama esta localidad. Seguramente la más curiosa y vistosa de ambas es la que puedes ver en la imagen, en forma de volcán.
Bajo un pequeño templete de forma circular encontramos la verdadera fuente de aguas termales donde cualquier valiente puede beber. ¡Pero con cuidado! Su nombre (algo así como fuente hirviendo) ya lo dice todo: el agua sale a nada menos que 66º C de media. ¡No querrás quemarte al tocarla!
Esta plaza se convierte en todo un espectáculo en invierno, cuando el vapor de agua se abre camino a través de estas fuentes y del alcantarillado debido a la temperatura que alcanzan las aguas termales que recorren el subsuelo. Estamos justo en el punto más caliente de la ciudad, alrededor del cual se concentran la mayoría de hoteles de lujo.
Heidenmauer y Römertor
Al principio ya hemos avisado de que era imposible hablar de la cuenca del Rin y no hacer mención a los romanos. Y, por supuesto, Wiesbaden no iba a ser menos. ¡Los romanos no eran tontos y sabían aprovechar todos los beneficios de las aguas termales!
Nuestra próxima parada (y la última situada en el centro histórico) es el conocido como Heidenmauer, el monumento romano más importante de la ciudad. Se trata de la construcción más antigua de la ciudad, erigida sobre el año 370 de nuestra era. En aquella época la ciudad tenía, por supuesto, un nombre latino: Aquae Mattiacorum (haciendo referencia, por supuesto, a la tribu de la que hemos hablado antes).
A principios del siglo XX, se decidió partir este muro para la construcción de la Coulinstraße y construir la conocida como Römertor a su lado para compensar la pérdida de esa parte de la historia de la ciudad. Para ello se diseñó un viaducto con una puerta principal y una secundaria, una escalera arcaica de piedra y una pasarela cubierta de madera que pretendía rememorar la arquitectura de las fortalezas romanas.
A los pies de la puerta, sobre la antigua muralla, encontramos distintas copias de lápidas de soldados romanos encontradas en Wiesbaden a modo de museo al aire libre.
Biebrich
Una vez recorrido el centro de la ciudad, te aconsejamos coger un autobús y dirigirte a Biebrich. En este barrio, asentado a orillas del Rin, encontramos el Castillo de Biebrich, antigua residencia de los Duques de Nassau. El palacio se encuentra rodeado por unos enormes jardines y a solo un paso del paseo fluvial que recorre el río, por lo que se trata de un lugar perfecto para pasear y relajarte.
Lamentablemente, el castillo no se puede visitar por dentro, ya que únicamente abre para eventos, pero sin duda las vistas del Rin y los bellos jardines harán que la visita valga la pena.
Neroberg
Durante el verano, la ciudad se llena del color verde de sus parques y del azul de sus lagos. Para un día soleado, la mejor opción es coger desde el centro la línea 1 de autobús hasta Nerotal, y allí tomar un pequeño funicular llamado Nerobergbahn para subir hasta arriba de la montaña. Eso sí, ¡ten en cuenta que este funicular sólo funciona entre los meses de abril a octubre! Si eres de los que te gusta andar y hacer senderismo, también puedes hacer este trayecto a pie, ya que la distancia no es demasiado grande.
Una vez arriba de la colina no dudes en acercarte al mirador, desde donde se puede disfrutar de unas vistas panorámicas de la ciudad y del Rin. ¿Te has dado cuenta de cuántos viñedos se ven desde aquí? La cuenca del Rin es, sin duda, una de las regiones vinícolas más importantes del país.
Otro de los grandes atractivos del Neroberg es su gran pradera, donde turistas y locales se reúnen para hacer un picnic mientras disfrutan del buen tiempo y las impresionantes vistas del valle del Rin. Es habitual ver a jóvenes y familias haciendo barbacoas, tocando la guitarra o tomando una cerveza en el césped.
Pero si quieres descubrir algo que no esperas aquí, empieza a pasear entre los árboles… ¡Te asombrará encontrar una iglesia ortodoxa! ¿Quieres conocer su historia y por qué se situó aquí? ¡Te lo contamos!
A mitad del Siglo XIX, el duque Adolfo de Nassau perdió a su querida esposa, la Gran Duquesa Elizabeth Mikhailovna de Rusia, tan solo un año después de haber contraído matrimonio. A pesar de tener solo 19 años, no pudo superar las complicaciones de un parto y falleció. Sumido en una gran tristeza, el duque decidió construir una gran iglesia en el lugar en el que había dado sepultura a su esposa. Con el beneplácito del Zar Nicolás, tomó el dinero de la dote para cumplir este deseo.
El templo se dedicó, como no podía ser de otra manera, a Santa Isabel, madre de San Juan Bautista y santo patrón de la fallecida. En cuanto la iglesia estuvo terminada, los restos mortales de la duquesa y su bebé fueron trasladados a la cripta de esta iglesia para que descansaran en ella eternamente.
Sin duda, lo primero que nos llama la atención cuando nos acercamos son las cinco brillantes cúpulas doradas. ¡Especialmente en días soleados! El templo cuenta con dos entradas: una al sur, reservada originalmente para la nobleza por sus impresionantes vistas de la ciudad al salir de él, y otra situada en el oeste para el resto de fieles. Tras la caída de Nicolás II, último zar, la entrada sur se selló para siempre.
¿Qué visitar en Wiesbaden en varios días?
Si dispones de más tiempo en la ciudad, quizás te interese conocer un poco más a fondo la ciudad. Uno de los lugares más característicos es, sin duda, las termas Kaiser Friedrich. Se trata de un gran complejo termal de estilo Art Nouveau inaugurado en 1913. En su restauración se han mantenido las cerámicas y frescos que decoran el espacio, dándole un toque romano al conjunto. Si quieres disfrutar de sus aguas, ten en cuenta que se trata de un espacio nudista (aunque, desde este año, los jueves sí se permite entrar con bañador).
También puedes seguir alguna de las visitas guiadas que recorren las distintas villas destacadas de Wiesbaden. La más conocida es Villa Clementine, una preciosa construcción de finales del siglo XIX convertida hoy en día en centro cultural. ¡Déjate sorprender por todas ellas!
¿Te gusta el turismo gastronómico? Entonces no puedes perderte la visita a alguna bodega de Sekt (un tipo de vino espumoso de la región). Por ejemplo, en Biebrich puedes visitar Sektkellerei Henkell, una bodega tradicional que ofrece distintos tipos de visitas guiadas con cata.
Si lo tuyo es descubrir rincones secretos te recomendamos visitar Solmsschlösschen. Este lugar no suele salir en todos los mapas turísticos, por lo que tendrás que buscarlo. Coge un mapa y busca la Hauptbahnhof, situada en el sur del casco histórico. ¿La ves? Dirige la vista un poco al sureste hasta la calle Solmsstraße. ¡Justo ahí lo encontrarás! En el momento de su construcción, lo habitual en las altas esferas era construir edificios simétricos, de formas clásicas y con paredes lucidas, ya que el entramado se consideraba algo vulgar. Por ello sorprende tanto que para este palacio se eligiera justamente lo contrario: una planta irregular y asimétrica llena de fantasía. ¡Parece sacado de un cuento de hadas! De hecho, este edificio marcó tendencia y, desde ese momento, muchos la imitaron recuperando el entramado para decorar los pisos superiores.
¿Qué ver cerca de Wiesbaden?
¡Esperamos que hayas disfrutado de la ciudad! Gracias a su ubicación privilegiada, la estancia en Wiesbaden se puede aprovechar también para disfrutar de muchas otras ciudades y pueblos localizados en las cercanías.
Como comentábamos anteriormente, tan solo cruzando a la otra orilla del Rin, podemos disfrutar de Maguncia (Mainz en alemán), la ciudad natal de Gutenberg con numerosos rincones que descubrir. ¡Lee el post que le dedicamos para saber más! A menos de una hora en tren también encontrarás Frankfurt, ciudad natal de Goethe llena de historia.
Por supuesto, si tienes tiempo te recomendamos hacer una ruta por toda la cuenca del Rin y descubrir los maravillosos pueblos que componen esta zona. Aunque Colonia sea seguramente el más famoso, hay muchos otros que te encantarán.
4 Comentarios
lola
Muy buenas fotos. Nunca había oído hablar de este sitio, pero lo añado a la lista 😉
Anónimo
Tras 6 meses viviendo allí, no puedo evitar emocionarme al ver estas fotos… Me traen muchísimos recuerdos, tanto buenos como malos….
Marisa verdejo
Merece mucho la pena una visita y disfrutar de sus aguas termales.
Mis Destinos Pendientes
Las aguas termales son, sin duda, uno de sus grandes atractivos y el principal motivo de que Wiesbaden sea hoy en día tal y como es