¡Seguimos con un nuevo capítulo de nuestra Guía Completa de Berlín! Hoy empezamos nuestro recorrido desde la Catedral, situada junto a la Bebelplatz y el Museo de Historia Alemana. A lo largo de este post te enseñaremos todo lo que puedes visitar desde la Catedral de Berlín hasta llegar a la famosa Alexanderplatz, centro del antiguo Berlín Oriental.
Seguramente, lo primero que te llamará la atención de este lugar es el maravilloso Lustgarten, un gran jardín situado a los pies de la catedral en el que turistas y berlineses se reúnen habitualmente para disfrutar de los momentos de sol y relax.
Y, por supuesto, lo normal es que tu vista se vaya automáticamente a la gran cúpula de la catedral. Pero déjanos que te contemos cómo era este lugar en sus orígenes…
Palacio de los Hohenzollern
Para ello debemos mencionar a los Hohenzollern, la familia imperial alemana. Si nos sigues desde hace tiempo, seguro que ya nos has oído hablar de ellos al visitar el Castillo de Hohenzollern y el puente Hohenzollern de Colonia. ¡Son ya unos viejos conocidos de la casa! En concreto, nos remontamos a mitad del Siglo XV, momento en el que Federico II decide construir un castillo en este mismo lugar que le ayudara a unir Berlín con la antigua ciudad independiente de Kölln (antigua zona de pescadores, situada en la actual Isla de los Museos). Años después, se derruye el castillo para construir en su lugar el palacio que se convertiría en la residencia real tras la coronación de Federico I de Prusia en 1701.
Por desgracia, durante la Segunda Guerra Mundial el palacio fue gravemente dañado y demolido para construir en su lugar el Palacio de la República, sede del parlamento de Berlín Oriental. En 2008 se decidió derruir esta última construcción para, en su lugar, reconstruir el palacio original. Se espera que el nuevo edificio se inaugure a finales de 2020. ¡Ya tenemos una gran excusa para volver a Berlín!
Catedral de Berlín (Berliner Dom)
Frente al antiguo palacio encontramos la Catedral, inaugurada en 1750 por Federico II y reformada a principios del Siglo XIX. A lo largo de su historia, el Berliner Dom ha sufrido diversas modificaciones para adaptarse a nuevos tiempos y a los gustos de distintos monarcas.
La Catedral se divide en diversos espacios, por lo que la visita se debe planificar con tiempo. En la nave central destaca la cúpula decorada con mosaicos, el Púlpito de roble, el Palco Imperial y un magnífico órgano. A ambos lados de la nave central se encuentran unos suntuosos sarcófagos. Detrás de los sarcófagos situados en la parte sur de la catedral (enfrente del órgano) está la denominada Iglesia de Bodas y Bautizos, un espacio mucho más sencillo y austero que invita a la meditación. A su lado la Escalera Imperial, construida en mármol de diferentes colores, nos invita a subir hacia la cúpula, donde se encuentra el Museo Catedralicio.
Mi recomendación es tomarse esta visita con calma, parándose a disfrutar de los detalles. No olvides subir hasta la cúpula, donde podrás admirar unas impresionantes vistas del centro de Berlín y, en especial, de la Isla de los Museos. Tampoco olvides bajar hasta la Cripta de los Hohenzollern, con casi 100 ataúdes entre los que destacan los de Federico I y la Reina Sofía Carlota (a quien se dedicó el Palacio de Charlottenburg).
Muy cerquita de aquí hay un embarcadero donde podrás coger el Barco Turístico de Berlín para recorrer la ciudad. Si lo prefieres, también puedes empezar el recorrido en Friedrichstraße.
Isla de los Museos
Como ya hemos adelantado, al lado de la catedral se encuentra la Isla de los Museos, un complejo compuesto por 5 museos que se complementan entre ellos: el Museo de Pérgamo (con reconstrucciones de importantes conjuntos arquitectónicos, como el Altar de Pérgamo o la puerta de Ishtar), el Neues Museum (donde se encuentran el Museo Egipcio , del que destaca el Busto de Nefertiti; el Museo de Prehistoria y el de Protohistoria), el Bode Museum (con una amplia colección de esculturas, el Museo de Arte Bizantino y el Gabinete Numismático), la Antigua Galería Nacional (un edificio inspirado en la Acrópolis de Atenas, con obras del siglo XIX), y el Altes Museum (localizado en el Lustgarten, alberga obras griegas, etruscas y romanas, así como las piezas más importantes de la colección numismática). Toda la información acerca de la Isla de los Museos se puede consultar en su página web (en inglés).
Nos gustaría destacar que la Isla de los Museos también está siendo reformada, por lo que algunas salas de los museos pueden estar cerradas y conviene informarse con antelación (por ejemplo, la sala del Altar de Pérgamo permanecerá cerrada previsiblemente hasta 2019). Además, algunas piezas pueden cambiar de un museo a otro
Barrio Judío
¿Te está gustando la visita a Berlín Mitte? ¡Seguro que sí! Seguimos recorriendo la ciudad y nos dirigimos a nuestra próxima parada: el barrio judío, situado al noereste de la catedral. En este barrio se pueden observar muchas placas doradas en el suelo con nombres y fechas grabados. Se trata de recordatorios de los judíos (en algunos casos, familias enteras) que vivían en ese mismo lugar y que, tristemente, fueron deportados a campos de concentración.
Empezamos visitando el Barrio Judío de Berlín por Hackescher Markt, una activa plaza repleta de tiendas y restaurantes. Para nosotros, lo mejor de la plaza fue su estación de S-Bahn, bellamente decorada con ladrillos bicolores. Paseando por las calles de este barrio encontramos el Centro de Anna Frank, la Neue Synagoge y el antiguo cementerio judío.
Pero si hay un rincón del Barrio Judío que no te puedes perder son los Hackesche Höfe, un conjunto de nueve patios comunicados de estilo Art Nouveau.
Nikolaiviertel
Pero esta parte de Berlín Mitte no se limita únicamente a la catedral y al barrio judío. Si seguimos el recorrido de la Avenida Unter den Linden (¡sólo tienes que seguir andando en dirección a la Torre de la Televisión!) llegaremos a uno de nuestros lugares favoritos de la ciudad: el Nikolaiviertel.
Estamos en la zona residencial más antigua de todo Berlín. Es imposible no sentir esa atmósfera de pueblecito nada más adentrarte en él. Piérdete por sus calles de origen medieval (aunque, por supuesto, reconstruido tras la Segunda Guerra Mundial) y siente que viajas atrás en el tiempo. Entre otros rincones, podéis visitar la Iglesia de San Nicolás o el Ephraimpalais, aunque no es necesario entrar en ningún edificio para darte cuenta de la belleza del lugar. Siéntate a reponer fuerzas en cualquiera de sus restaurantes (hay algunos de comida tradicional a precios muy razonables)… Y, sobretodo, no olvides acercarte a la orilla del Spree. ¡Seguro que te encanta la vista única que tienes de la catedral desde aquí!
Rotes Rathaus y Neptunbrunnen
A tan solo unos pasos de aquí encontramos el Rotes Rathaus (Ayuntamiento Rojo), un precioso edificio neorenacentista de ladrillo rojo (del que toma el nombre). Tras la Segunda Guerra Mundial esta zona de Berlín pasó a pertenecer al Sector Soviético, por lo que el Rotes Rathaus pasó a acoger el ayuntamiento de Berlín Este. En la actualidad, este edificio acoge el Ayuntamiento del Estado Federado de Berlín.
Frente a este edificio encontramos la Fuente de Neptuno, una bella escultura neobarroca que representa al dios romano de los océanos. Aunque su lugar original era frente al Palacio de Berlín, tras la demolición de éste la fuente permaneció guardada durante años, hasta que 1969 se decidió reconstruirla en su lugar actual.
Torre de la Televisión (Fernsehturm)
Al otro lado de esta misma plaza encontramos otro de los grandes iconos de Berlín: su Torre de la Televisión. En 1969 el gobierno del Berlín Este decidió construirla como símbolo de la superioridad del comunismo sobre el capitalismo. Es indudable el efecto que tuvo que causar: una gran torre de más de 300 metros de altura, situada en la plaza más importante de la RDA, brillaba por encima de la mayoría de edificios de la ciudad.
En la actualidad, la Fernsehturm se caracteriza por sus sorprendentes vistas panorámicas de la ciudad. De hecho, el restaurante situado en su parte superior es uno de los más destacados (y caros) de todo Berlín.
La Torre de la Televisión es un lugar muy concurrido, por lo que si quieres visitarla te recomendamos que reserves la entrada con antelación.
Alexanderplatz
Por último, pasando por debajo de las vías del tren, llegaremos por fin a la famosa Alexanderplatz, centro del Berlín Oriental. Nada más entrar en esta enorme plaza, nuestra primera reacción fue buscar con la mirada el Reloj Mundial. ¡Era una de las cosas que más ganas teníamos de ver!
Este curioso monumento muestra la hora actual en cualquier rincón del mundo, gracias a un cilindro que gira sobre sí mismo. Sobre él encontramos una representación del Sistema Solar. A pesar de la sencillez aparente de su diseño, es una obra maestra de la ingeniería de la RDA.
A nuestros pies, y aunque no sea visible, se sitúa el que es considerado como el mayor búnker de toda la ciudad. A pesar de que había caído en el olvido, durante unas obras realizadas en 2007 salió a la luz este gran refugio de dos alturas que, según se calcula, llegó a acoger hasta a 10.000 personas en su interior.