Por supuesto, terminar nuestra Guía Completa de Berlín es imposible sin mencionar el famoso muro que, durante décadas, separó los sectores aliado y soviético. A pesar de la caída del muro en noviembre de 1989, hay varios puntos repartidos por toda la ciudad en los que todavía podemos observar sus restos y conocer mejor su historia. ¿Quieres conocerlos?
Historia del Muro de Berlín
Aunque los antecedentes vienen de mucho antes, la historia del Muro de Berlín comienza en 1961. El gobierno de la RDA (la República Democrática Alemana, estado socialista bajo ocupación soviética, también llamada Alemania Oriental) planeó en secreto crear una división física que separara los dos sectores existentes en ese momento en Berlín.
Tan en secreto fueron los planes que, tan solo dos meses antes, el Presidente del Consejo de Estado de la RDA negó en una conferencia de prensa la intención de construir un muro. Con nocturnidad y alevosía, la noche del 12 al 13 de agosto de 1961 se construyó el «muro de protección antifascista para impedir las agresiones occidentales» (según la propia RDA).
No hizo falta más de una noche para levantar el muro que dividiría durante casi 30 años la ciudad en dos. En tan solo una noche, familias enteras fueron separadas indefinidamente. Las tropas soviéticas se prepararon para un posible combate impulsado por esta decisión política. Los soldados controlaban fuertemente los accesos para evitar una fuga de su población.
Los medios de transporte que comunicaban ambos sectores dejaron de funcionar, teniendo que modificar el funcionamiento de toda la red de S-Bahn y U-Bahn para adaptarse a la nueva situación. Resulta curioso remarcar que algunas líneas del Berlín Occidental atravesaban este sector. ¿Qué solución encontraron? Tapiar las estaciones situadas en territorio de la RDA y dejar que los trenes pasaran sin parar en ellas.
Este hecho que en un primer momento tuvo un gran impacto en la vida diaria de la población berlinesa hizo posible que estas estaciones fantasma se conservaran intactas durante 30 años. De hecho, si te fijas en ellas podrás ver que su estética es la original de principios de siglo. ¡No todo iba a ser malo!
¿Cómo era el Muro de Berlín?
El Muro de Berlín tenía una longitud de más de 140 km, rodeando todo el sector occidental de la ciudad. Como ya imaginarás, la primera construcción fue reforzada a lo largo del tiempo. El muro que todos tenemos ahora en mente (el de la East Side Gallery, de la que hablaremos más adelante) se empezó a construir en 1975 con hormigón armado y una altura de más de 3 metros, coronada por tela metálica y protegida con cables de alarma y trincheras. Todo ello, reforzado por un segundo muro y vigilado por nada menos que 300 torres de vigilancia, haciendo que fuera imposible atravesarlo.
A pesar de ello, muchas fueron las personas que intentaron pasar al otro lado del Muro de Berlín. Se calcula que unas 5.000 personas lograron fugarse al sector occidental. Unas 190 vidas más, por desgracia, fueron arrebatadas por los disparos soviéticos al lanzarse en búsqueda de las oportunidades ofrecidas por el Berlín Occidental.
La caída del Muro de Berlín
28 años después de su construcción, el 9 de noviembre de 1989, el Muro de Berlín cayó a causa de un malentendido. El gobierno de la RDA anunció que aprobaría una ley que autorizaría los viajes sin necesidad de justificar el motivo del viaje o lugar de residencia, algo muy demandado por toda la población. Durante una rueda de prensa, Günter Schabowski fue preguntado acerca de cuándo entraría esta nueva ley en vigor y contestó que de inmediato (en lugar de al día siguiente, tal y como estaba previsto).
Sin hacerse esperar, las emisoras de radio y televisiones difundieron la noticia bajo el llamativo título: «El Muro está abierto». Los ciudadanos, llenos de curiosidad por no saber qué encontrarían en el otro lado y llenos de ilusión por reencontrarse con familiares y seres queridos, corrieron a los puestos fronterizos y exigieron cruzar al otro lado. La confusión en el control de fronteras estaba servida (recordemos que sus órdenes eran dejar pasar a partir del día siguiente), pero la presión de la gente hizo que las fronteras se fueran abriendo de forma progresiva.
En ese emotivo momento, ciudadanos de la RDA y la RFA se reencontraron en medio de un ambiente festivo y de júbilo. Abrazos entre desconocidos, cerveza gratis y muchas ganas de celebrar esa reunión fueron algo habitual durante las horas que siguieron al anuncio. A día de hoy todavía nos emocionamos al ver las imágenes grabadas aquel día, que demuestran que esa separación era únicamente política.
¿Dónde podemos ver restos del Muro de Berlín?
Ahora que ya conocemos un poco mejor su historia, es el momento de recorrer las calles de Berlín para conocer los rincones en los que todavía podemos ver el rastro del antiguo Muro de Berlín. Saber por dónde pasaba el Muro de Berlín es muy sencillo: únicamente tienes que mirar el suelo. Como recordatorio de este periodo de la historia, el trazado del muro se ha marcado en el suelo mediante una doble hilera de adoquines y placas de hierro que recuerdan su año de construcción y de derribo.
Pero recordemos que el muro tenía un perímetro de más de 100 km… ¡No pretendemos que lo recorras entero para descubrir dónde quedan restos! En este post visitaremos algunos de los puntos más destacados donde puedes ver restos del Muro de Berlín. Aunque, como siempre, te recomendamos que si quieres aprender todo lo relativo a esta separación histórica contrates una visita guiada al Muro de Berlín.
East Side Gallery
Empezamos nuestro recorrido por los restos del Muro de Berlín por el lugar más conocido y destacado: la East Side Gallery. Tras la caída del muro, 118 artistas llegados de diferentes partes del muro compartieron su visión del momento histórico que estaban viviendo a lo largo de 1,316 kilómetros (el fragmento de muro más largo conservado en toda la ciudad), creando la galería de arte al aire libre más grande del mundo.
Para visitarla debemos dirigirnos a las orillas del Río Spree, entre las estaciones Ostbahnhof y Warschawer Strasse, muy cerca del Oberbaumbrücke (un precioso puente de ladrillo rojo con dos grandes torres que le aportan una apariencia de puerta, remarcando su función original como acceso a la ciudad).
Seguro que en más de una ocasión has visto alguna de las pinturas, creadas con la intención de lanzar un mensaje de libertad y esperanza tras el fin de la Guerra Fría. Una de las más conocidas es, sin duda, la de Honecker y Breschnew dándose un beso.
Recorrer la East Side Gallery es todo un placer, especialmente en días soleados. Si tienes tiempo durante tu visita a Berlín, no dudes en parar a reponer fuerzas en algunos de los bares que se encuentran a orillas del río.
Potsdamer Platz
Otro de los lugares más conocidos en los que encontrar restos del famoso Muro de Berlín es la Potsdamer Platz, una icónica plaza prácticamente abandonada desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta 1990 debido a su ubicación en tierra de nadie. Como ya te hablamos en otro post de esta plaza con detalle, únicamente mencionaremos aquí lo relativo al muro.
Junto a la estación (ese edificio cuadrado de acero y cristal) encontramos pequeños fragmentos del muro, intercalados con carteles explicativos que nos ayudan a comprender mejor la historia del antiguo muro. Además, los paneles incluyen diversas fotografías que ilustran la vida en esta ciudad partida en dos. Aunque existen restos más significativos que estos, seguro que en tu visita a Berlín pasas por la Potsdamer Platz. Por ello, te animamos a acercarte a echar un vistazo a los paneles. ¡Seguro que aprendes algo!
Topografía del terror
Nos dirigimos al distrito de Kreuzberg, muy cerca del Checkpoint Charlie, donde se encuentra la Topografía del Terror, de la que ya te hablamos en el post dedicado a este barrio.
Aquí, junto a la exposición que documenta las «instituciones del terror» (haciendo referencia, por supuesto, a que aquí se encontraba el distrito del gobierno nazi), se conserva otro fragmento del muro de más de 200 metros de largo.
A diferencia de otros restos del muro que se han conservado, en este no encontrarás grafittis ni ningún tipo de arte urbano. Resulta sobrecogedor ver el muro desnudo, rompiéndose y dejando entrever su interior. No resulta nada difícil imaginar a los soldados vigilándolo, y sentir el temor a acercarte por si malinterpretan tus intenciones.
Bernauerstrasse
Nuestra próxima parada se encuentra al norte de Berlín, muy cerca del Mauerpark: el Memorial del Muro de Bernauerstrasse. Esta calle debe su fama a su ubicación, ya que durante los años de la guerra fría se dio aquí una peculiaridad: su fachada pertenecía al lado oriental, mientras que la calle pertenecía al lado occidental. Por tanto, dentro de casa estabas oficialmente en la RDA, pero si te asomabas por la ventana pasabas a estar en la RFA. No es de extrañar que muchas personas decidieran aprovechar esta peculiaridad para saltar por sus ventanas y correr, rezando para que las balas no les alcanzaran antes de llegar a la otra parte. Como puedes imaginar, el gobierno de la RDA se dio cuenta de esta fuga masiva y no dudó en tapiar las ventanas de estos edificios, pero para aquel entonces mucha gente ya había logrado su objetivo.
Personalmente, este lugar es el que más nos marcó a nivel emocional de todos ellos. El memorial, que recuerda la división de la ciudad pero también las víctimas de la dictadura comunista, consta de dos partes: una exterior, situada en un jardín, y una interior al otro lado de la calle. La exposición al aire libre se extiende a lo largo de 1,4 km. En ella encontramos, además de un fragmento del muro original de unos 70 metros de largo, la llamada Ventana del Recuerdo: un muro de hierro en el que puedes poner cara a algunas de las víctimas.
También podemos ver la Capilla de la Reconciliación, un templo en el que se rememora a las víctimas con cierta frecuencia. Se trata de un edificio de aspecto moderno y sencillo sin mucho interés artístico pero sí con una curiosa historia. ¿Por qué se decidió construir aquí una capilla? Para tener la respuesta debemos remontarnos a 1892, momento en el que se construyó en este mismo lugar la Iglesia de la Reconciliación. Este templo evangelista, de estilo neogótico y rojos muros, exhibía orgulloso su torre de 75 metros y su abundante decoración interior. Pero llegó el año 1961 y el famoso Muro de Berlín quiso eclipsarla, alzándose a ambos muros de la iglesia y dejándola en tierra de nadie. Tras años sin poder acoger a sus feligreses, en 1985, se tomó la lamentable decisión de derruirla.
Si no quieres quedarte con tan mal sabor de boca en tu visita a esta parte de la ciudad, te recomendamos que no dudes en visitar el Mauerpark (especialmente si es domingo). El lugar que antiguamente se situaba en la franja de la muerte se ha reconvertido en un jardín lleno de vida y felicidad. Cada domingo el Mauerpark se convierte en el epicentro festivo de la ciudad, siendo el escenario de un multitudinario Karaoke al aire libre. Además, al lado del Karaoke encontrarás un gran mercadillo de segunda mano (Flohmarkt).
Reinickendorf
Por último visitamos los restos del Muro de Berlín menos conocidos, incluso para los habitantes de la ciudad, además del más especial de todos. Para visitarlo debemos tomar el S-Bahn y dirigirnos al norte de la ciudad (estación Schönholz). Justo frente a la estación encontramos 80 metros del tramo original del Muro.
¿Por qué es el más especial? Porque es el único que se conserva con su aspecto original. Déjanos que te contemos su historia… Corrían los años 60 cuando el gobierno de la RDA decidió construir un muro que separa la ciudad. Aunque habían pasado años desde la guerra, la escasez de material seguía siendo un grave problema. Por ello, cuando llegó el momento de construir el muro en la Schützenstraße decidieron aprovechar un muro que había quedado en pie tras el derrumbe de las casas en la guerra, incorporando este muro de ladrillos al que sería el famoso Muro de Berlín. Para adaptarlo a su nuevo uso, se aumentó su altura y se coronó con alambre de espino.
Como te comentábamos al principio, tiempo después el gobierno decidió reemplazar el primer muro por una segunda generación de muros de segregación, mucho más macizos y difíciles de atravesar. Por motivos que desconocemos (si lo conoces, no dudes en dejarnos un comentario), este fragmento del muro no se modificó y se conservó en su estado original. ¡Y es el único del que tenemos constancia! Tras la caída del muro, el tramo cayó en el olvido por un pequeño problema administrativo: no tenían claro a qué distrito pertenecía, y gracias a ello ha llegado a nuestros días. Tal era el olvido sufrido por el muro, que durante años no se le relacionó con este uso, hasta que un investigador aficionado lo descubrió.
Personalmente, creemos que la visita a este fragmento únicamente está justificada si eres un freak de la historia y no quieres perderte absolutamente nada. Sinceramente, es simplemente un muro lleno de graffitis (aunque también con su propia historia) situado lejos de cualquier otro punto de interés de Berlín. Sea como sea, ahora que sabes que existe, la elección es tuya.
Esperamos que este recorrido por Berlín te haya resultado útil y que hayas aprendido sobre esta ciudad tan fascinante. Aprovechamos para recordarte que, haciendo click en la imagen que tienes aquí bajo, puedes descargar de forma totalmente gratuita una guía de Berlín en 3 días. En ella encontrarás un itinerario optimizado para disfrutar de la visita a Berlín al máximo en tan poco tiempo. ¡No dudes en echarle un vistazo!